El Papa Francisco, regresa a la Casa del Padre

 

Hoy, 21 de abril de 2025, a las 7.35 horas, el cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, desde la Casa Santa Marta y con profunda tristeza, anunciaba el fallecimiento del Pontífice.

El Papa Francisco ha partido a la Casa del Padre

Con el anuncio del cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, desde la Casa Santa Marta y con profunda tristeza, hacía a los medios de difusión, para hacernos llegar a todo el mundo, tan especial noticia con estas palabras:
«Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de la Iglesia y nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados.

Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino».

Ritual tradicional de entierro de los papas hasta su modificación por el propio Papa Francisco

• Certificación de la muerte y rotura del anillo

Cuando fallece un Papa, el camarlengo se encarga de verificar oficialmente su muerte. Independientemente del lugar donde haya fallecido, la muerte se certifica en su capilla privada. De ello se encarga el camarlengo, máximo representante de la iglesia católica cuando hay sede vacante en el Vaticano por la muerte o renuncia de un sumo pontífice. Para ello, el camarlengo da tres golpes con un martillo de plata en la frente del Papa fallecido y pronuncia su nombre de pila. Posteriormente, anuncia en latín las siguientes palabras: «Vere Papa mortuus est (verdaderamente, el Papa está muerto)».

Este proceso incluye la retirada del Anillo del Pescador, símbolo del poder pontificio, que posteriormente se destruye para evitar su uso indebido. La destrucción del anillo de oro y el sello simboliza el fin de un papado. Tras la muerte de un Papa, el primer paso es la verificación oficial del deceso. De tal modo que, el camarlengo, queda como encargado de la administración de la Iglesia durante la sede vacante, certificando la muerte.

Tras el deceso del Papa se precinta el despacho del Pontífice y se sellan sus aposentos privados que vuelven a ser abiertos cuando hay un nuevo jerarca católico.

• Turno de vela y vestimenta

Una vez confirmado el fallecimiento, se procede a la preparación del cuerpo. Se realiza la extracción de las vísceras del difunto, una práctica destinada a preservar el cuerpo.

Tras este ritual, se viste el cuerpo del Papa fallecido: con la sotana blanca, la mitra blanca en la cabeza, la casulla de color rojo y la estola de lana blanca con cruces negras, símbolo de dignidad, y con la muceta roja y el palio.

• Luto oficial y misas

Se declara un período de luto oficial de nueve días en el Vaticano y en todas las diócesis del mundo. Durante este tiempo, se suspenden las actividades festivas y se invita a la reflexión y oración por el alma del Papa. También se celebran miles y miles de misas en honor al Papa fallecido en diversas iglesias alrededor del mundo, especialmente en la Basílica de San Pedro, donde se llevan a cabo las ceremonias principales.

Aunque el Papa es el Obispo de Roma, tras su fallecimiento, se informa oficialmente al clero y a la diócesis de Roma sobre el deceso, iniciando así el período de sede vacante. Además, las campanas de la Basílica de San Pedro y de las iglesias de Roma repican en señal de luto, anunciando a la comunidad el fallecimiento del Pontífice.

• Misa de exequias y tres ataúdes

Los ritos funerarios se completan hasta el entierro del papa, que pueden tener lugar en la cripta bajo San Pedro entre el cuarto y el sexto día después de su muerte.

Una vez preparado el cuerpo, se coloca en la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan rendir homenaje al Pontífice fallecido. Durante este período, se organizan guardias de honor y se permite la visita de dignatarios y devotos.

Se celebra una misa solemne, conocida como Misa de exequias, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, en la que se ora por el descanso eterno del Papa.

Posteriormente, el cuerpo del Papa era colocado en tres ataúdes sucesivos: el primero de ciprés, simbolizando la mortalidad; el segundo de plomo, para asegurar la conservación y evitar profanaciones; y el tercero de roble, que proporcionaba una apariencia digna y solemne. Con este conjunto de ataúdes era sepultado en las grutas vaticanas la mayoría de los Papas fallecidos, bajo la Basílica de San Pedro.

Los cambios del Papa Francisco

En noviembre de 2024, el Papa Francisco, promulgó una revisión del «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis», el documento que regula los ritos funerarios de los Papas.

Estas modificaciones reflejan su deseo de simplificar y adaptar las ceremonias, enfatizando el papel del Papa como pastor y discípulo de Cristo, más que como una figura de poder terrenal.

• Constatación de la muerte en la capilla

Además, se ha trasladado el rito de constatación de la muerte a una capilla privada, en lugar de realizarse en presencia pública. Este cambio pretende otorgar mayor intimidad y respeto al momento del fallecimiento.

• Exposición sin el catafalco

Otra modificación significativa es la forma en que se expone el cuerpo para la veneración de los fieles. Anteriormente, el Papa fallecido era colocado sobre un catafalco; sin embargo, con las nuevas disposiciones, el cuerpo será depositado directamente en el ataúd desde el inicio, evitando la exposición en un lecho funerario. Esta medida busca resaltar la igualdad de todos ante la muerte y reducir cualquier indicio de ostentación.

• Eliminación de los tres féretros

El papa Francisco ha suprimido el uso de los tres ataúdes tradicionales. En lugar de ello, el cuerpo será colocado en un único ataúd de madera sencilla, reflejando una imagen de humildad y austeridad.

Estas reformas, aunque ya se permitía, también contemplan de manera oficial, la posibilidad de que el Papa sea enterrado en un lugar distinto a la Basílica de San Pedro.

El propio papa Francisco ha expresado su deseo de ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, reflejando su devoción mariana y su intención de acercar la figura del Papa a la comunidad local. Con estas modificaciones, el Papa Francisco busca que los funerales papales reflejen una imagen más pastoral y humilde, coherente con su visión de una Iglesia cercana a los fieles.

Por todo esto, los rituales funerarios de los Papas han experimentado una evolución significativa bajo el pontificado de Francisco, pasando de ceremonias cargadas de simbolismo y tradición a ritos más sencillos y centrados en la espiritualidad. Estos cambios reflejan una adaptación de la Iglesia a los tiempos actuales, manteniendo la esencia de la fe y el respeto por la figura del Papa.

Francisco quiso revolucionar la Iglesia incluso muerto «Lo hemos simplificado bastante. Había que hacerlo, ¡seré el primero en demostrarlo!», ironizó el Papa.

Pero ¿cómo ha simplificado Francisco el rito funerario del pontífice?

Probablemente, el primer cambio se refiere a los tiempos: las exequias en sufragio del Papa se conocen también como «Novendiali», porque duran nueve días después de la muerte del pontífice y son celebradas por los cardenales según normas estrictamente establecidas por el Ordo exsequiarum Romani Pontificis.

Los días siguientes al fallecimiento se dedican a la peregrinación de los católicos ante el cuerpo expuesto en la basílica de San Pedro: ¿cómo olvidar el baño de multitudes ante el cadáver de Juan Pablo II?

El momento central del funeral es, sin embargo, la llamada Missa poenitentialis, que siempre se celebra en la basílica de San Pedro en presencia de todos los jefes de Estado del mundo.

Por último, tiene lugar el entierro.

La tumba del Papa Francisco en la basílica de Santa María la Mayor

El Papa Francisco reveló también su deseo de ser enterrado fuera de los muros vaticanos, en la basílica romana de Santa María la Mayor. Se trata de una ruptura con los últimos papas, que fueron enterrados bajo la basílica de San Pedro. Hasta 23 papas, como su predecesor Benedicto XVI, están enterrados en el espacio conocido como las «Grutas Vaticanas». Pero Francisco, siguiendo el ejemplo de León XIII, que en 1903 fue enterrado por disposición propia en la basílica de San Juan de Letrán, tomó otra decisión. Pío IX, antes que él, también había elegido una basílica al otro lado del Tíber, la de San Lorenzo Extramuros.

Francisco también motivó su elección por su especial devoción al icono de Nuestra Señora de las Nieves, conservado en Santa María la Mayor. También conocida como la Virgen de los Romanos, el papa Francisco siempre se ha dirigido a la Virgen al principio y al final de cada viaje apostólico.

El 14 de marzo de 2013, recién elegido Papa, fue por la mañana temprano a rezar ante el icono, y desde entonces ha vuelto más de 100 veces, iniciando una nueva práctica. Es, por tanto, natural que el papa de la teología del pueblo eligiera ser enterrado en el lugar donde realizará su último y más importante viaje.

Acógele, Señor,
recíbele en tu amor;
y dale la paz y el perdón,
concédele tu salvación.

Descanse en Paz, D. Jorge Mario Bergoglio Sívori, EMINENTÍSIMO Y REVERENDÍSIMO SEÑOR CARDENAL Y SU SANTIDAD PAPA FRANCISCO

 

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