Inicio Foros Formación cofrade Evangelio Dominical y Festividades Evangelio del domingo 09/09/2018 23º de T. Ordinario Ciclo B

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  • #10663
    Anónimo
    Inactivo

    «Hace oír a los sordos y hablar a los mudos»

    Lectura del santo Evangelio según San Marcos

    En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.

    Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.

    Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo:

    «Effetá», (esto es: «ábrete»).

    Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente.

    Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.

    Y en el colmo del asombro decían:

    «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

    Palabra del Señor.

    #12944
    Anónimo
    Inactivo

    Buenos días:

    Pasado el período veraniego, continuamos con los comentarios al Evangelio dominical.

    CURAR LA SORDERA

    [align=justify]La curación de un sordomudo en la región pagana de Sidón está narrada por Marcos con una intención claramente pedagógica. Es un enfermo muy especial. Ni oye ni habla. Vive encerrado en sí mismo, sin comunicarse con nadie. No se entera de que Jesús está pasando cerca de él. Son otros los que lo llevan hasta el Profeta.

    También la actuación de Jesús es especial. No impone sus manos sobre él como le han pedido, sino que lo toma aparte y lo lleva a un lugar retirado de la gente. Allí trabaja intensamente, primero sus oídos y luego su lengua. Quiere que el enfermo sienta su contacto curador. Solo un encuentro profundo con Jesús podrá curarlo de una sordera tan tenaz.

    Al parecer, no es suficiente todo aquel esfuerzo. La sordera se resiste. Entonces Jesús acude al Padre, fuente de toda salvación: mirando al cielo, suspira y grita al enfermo una sola palabra: «Effetá», es decir, «Abrete». Esta es la única palabra que pronuncia Jesús en todo el relato. No está dirigida a los oídos del sordo sino a su corazón.

    Sin duda, Marcos quiere que esta palabra de Jesús resuene con fuerza en las comunidades cristianas que leerán su relato. Conoce a más de uno que vive sordo ala Palabra de Dios. Cristianos que no se abren a la Buena Noticia de Jesús ni hablan a nadie de su fe. Comunidades sordomudas que escuchan poco el Evangelio y lo comunican mal.

    Tal vez uno de los pecados más graves de los cristianos es esta sordera. No nos detenemos a escuchar el Evangelio de Jesús. No vivimos con el corazón abierto para acoger sus palabras. Por eso, no sabemos escuchar con paciencia y compasión a tantos que sufren sin recibir apenas el cariño ni la atención de nadie.

    A veces se diría quela Iglesia, nacida de Jesús para anunciar la Buena Noticia de Jesús, va haciendo su propio camino, lejos de la vida concreta de preocupaciones, miedos, trabajos y esperanzas de la gente. Si no escuchamos bien las llamadas de Jesús, no pondremos palabras de esperanza en la vida delos que sufren.

    Hay algo paradójico en algunos discursos de la Iglesia. Se dicen grandes verdades y se proclaman mensajes muy positivos, pero no tocan el corazón de las personas. Algo de esto está sucediendo en estos tiempos de crisis. La sociedad no está esperando «doctrina social» de los especialistas, pero escucha con atención una palabra clarividente, inspirada en el Evangelio y pronunciada por una Iglesia sensible al sufrimiento de las víctimas, que sale instintivamente en su defensa invitando a todos a estar cerca de quienes más ayuda necesitan para vivir con dignidad.[/align]
    [align=right]José Antonio Pagola[/align]

    También el de Kamiano.

    ANTE EL DOLOR, EFFTÁ.

    [align=justify]Ante el dolor del mundo: ¡Effetá! ¡Abre los oídos, la mente, el corazón! Deja que Jesús te desconecte de lo que no hace oír los clamores de la humanidad.

    Ante la soledad del mundo: ¡Effetá!

    Ante el sufrimiento de los pobres: ¡Effetá!

    Ante la situación de migrantes, refugiados y desplazados: ¡Effetá!

    Ante la pasión de tantas madres y huérfanos: ¡Effetá!

    Ante el silencio de los descartados: ¡Effetá!

    Ante la violencia y el silencio de los sin voz: ¡Effetá!

    Ante las músicas que despistan, conecta con Jesús y… entonces: ¡Effetá!

    Ante la escucha de la Palabra: ¡Effetá![/align]

    [align=right]Dibujo: Patxi Velasco Fano

    Texto: Fernando Cordero ss.cc.[/align]

    Fraternalmente.

    #18997
    Anónimo
    Inactivo

    Buenos días:

    Pasado el período veraniego, continuamos con los comentarios al Evangelio dominical.

    CURAR LA SORDERA

    [align=justify]La curación de un sordomudo en la región pagana de Sidón está narrada por Marcos con una intención claramente pedagógica. Es un enfermo muy especial. Ni oye ni habla. Vive encerrado en sí mismo, sin comunicarse con nadie. No se entera de que Jesús está pasando cerca de él. Son otros los que lo llevan hasta el Profeta.

    También la actuación de Jesús es especial. No impone sus manos sobre él como le han pedido, sino que lo toma aparte y lo lleva a un lugar retirado de la gente. Allí trabaja intensamente, primero sus oídos y luego su lengua. Quiere que el enfermo sienta su contacto curador. Solo un encuentro profundo con Jesús podrá curarlo de una sordera tan tenaz.

    Al parecer, no es suficiente todo aquel esfuerzo. La sordera se resiste. Entonces Jesús acude al Padre, fuente de toda salvación: mirando al cielo, suspira y grita al enfermo una sola palabra: «Effetá», es decir, «Abrete». Esta es la única palabra que pronuncia Jesús en todo el relato. No está dirigida a los oídos del sordo sino a su corazón.

    Sin duda, Marcos quiere que esta palabra de Jesús resuene con fuerza en las comunidades cristianas que leerán su relato. Conoce a más de uno que vive sordo ala Palabra de Dios. Cristianos que no se abren a la Buena Noticia de Jesús ni hablan a nadie de su fe. Comunidades sordomudas que escuchan poco el Evangelio y lo comunican mal.

    Tal vez uno de los pecados más graves de los cristianos es esta sordera. No nos detenemos a escuchar el Evangelio de Jesús. No vivimos con el corazón abierto para acoger sus palabras. Por eso, no sabemos escuchar con paciencia y compasión a tantos que sufren sin recibir apenas el cariño ni la atención de nadie.

    A veces se diría quela Iglesia, nacida de Jesús para anunciar la Buena Noticia de Jesús, va haciendo su propio camino, lejos de la vida concreta de preocupaciones, miedos, trabajos y esperanzas de la gente. Si no escuchamos bien las llamadas de Jesús, no pondremos palabras de esperanza en la vida delos que sufren.

    Hay algo paradójico en algunos discursos de la Iglesia. Se dicen grandes verdades y se proclaman mensajes muy positivos, pero no tocan el corazón de las personas. Algo de esto está sucediendo en estos tiempos de crisis. La sociedad no está esperando «doctrina social» de los especialistas, pero escucha con atención una palabra clarividente, inspirada en el Evangelio y pronunciada por una Iglesia sensible al sufrimiento de las víctimas, que sale instintivamente en su defensa invitando a todos a estar cerca de quienes más ayuda necesitan para vivir con dignidad.[/align]
    [align=right]José Antonio Pagola[/align]

    También el de Kamiano.

    ANTE EL DOLOR, EFFTÁ.

    [align=justify]Ante el dolor del mundo: ¡Effetá! ¡Abre los oídos, la mente, el corazón! Deja que Jesús te desconecte de lo que no hace oír los clamores de la humanidad.

    Ante la soledad del mundo: ¡Effetá!

    Ante el sufrimiento de los pobres: ¡Effetá!

    Ante la situación de migrantes, refugiados y desplazados: ¡Effetá!

    Ante la pasión de tantas madres y huérfanos: ¡Effetá!

    Ante el silencio de los descartados: ¡Effetá!

    Ante la violencia y el silencio de los sin voz: ¡Effetá!

    Ante las músicas que despistan, conecta con Jesús y… entonces: ¡Effetá!

    Ante la escucha de la Palabra: ¡Effetá![/align]

    [align=right]Dibujo: Patxi Velasco Fano

    Texto: Fernando Cordero ss.cc.[/align]

    Fraternalmente.

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