Inicio › Foros › Formación cofrade › Evangelio Dominical y Festividades › Evangelio del domingo 28/10/2018 30º de T. Ordinario Ciclo B
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25 octubre, 2018 a las 12:10 #10719
Anónimo
Inactivo“Rabbuni”, haz que recobre la vista.Lectura del santo Evangelio según San MarcosEn aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:
«Hijo de David, ten compasión de mí».
Jesús se detuvo y dijo:
«Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole:
«Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
«¿Qué quieres que te haga?».
El ciego le contestó:
«Rabbuni, que recobre la vista».
Jesús le dijo:
«Anda, tu fe te ha salvado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
Palabra del Señor.27 octubre, 2018 a las 10:46 #12949Anónimo
InactivoOs dejo los comentarios al Evangelio. CON OJOS NUEVOS[align=justify]La curación del ciego Bartimeo está narrada por Marcos para urgir a las comunidades cristianas a salir de su ceguera y mediocridad. Solo así seguirán a Jesús por el camino del Evangelio. El relato es de una sorprendente actualidad para la Iglesia de nuestros días.Bartimeo es «un mendigo ciego sentado al borde del camino». En su vida siempre es de noche. Ha oído hablar de Jesús, pero no conoce su rostro. No puede seguirle. Está junto al camino por el que marcha él, pero está fuera. ¿No es esta nuestra situación? ¿Cristianos ciegos, sentados junto al camino, incapaces de seguir a Jesús?
Entre nosotros es de noche. Desconocemos a Jesús. Nos falta luz para seguir su camino. Ignoramos hacia dónde se encamina la Iglesia. No sabemos siquiera qué futuro queremos para ella. Instalados en una religión que no logra convertirnos en seguidores de Jesús, vivimos junto al Evangelio, pero fuera. ¿Qué podemos hacer?
A pesar de su ceguera, Bartimeo capta que Jesús está pasando cerca de él. No duda un instante. Algo le dice que en Jesús está su salvación: «Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí». Este grito repetido con fe va a desencadenar su curación.
Hoy se oyen en la Iglesia quejas y lamentos, críticas, protestas y mutuas descalificaciones. No se escucha la oración humilde y confiada del ciego. Se nos ha olvidado que solo Jesús puede salvar a esta Iglesia. No percibimos su presencia cercana. Solo creemos en nosotros.
El ciego no ve, pero sabe escuchar la voz de Jesús que le llega a través de sus enviados: «Ánimo, levántate, que te llama». Este es el clima que necesitamos crear en la Iglesia. Animarnos mutuamente a reaccionar. No seguir instalados en una religión convencional. Volver a Jesús que nos está llamando. Este es el primer objetivo pastoral.
El ciego reacciona de forma admirable: suelta el manto que le impide levantarse, da un salto en medio de su oscuridad y se acerca a Jesús. De su corazón solo brota una petición: «Maestro, que pueda ver». Si sus ojos se abren, todo cambiará. El relato concluye diciendo que el ciego recobró la vista y «le seguía por el camino».
Esta es la curación que necesitamos hoy los cristianos. El salto cualitativo que puede cambiar a la Iglesia. Si cambia nuestro modo de mirar a Jesús, si leemos su Evangelio con ojos nuevos, si captamos la originalidad de su mensaje y nos apasionamos con su proyecto de un mundo más humano, la fuerza de Jesús nos arrastrará. Nuestras comunidades conocerán la alegría de vivir siguiéndole de cerca.
[/align]
[align=right]José Antonio Pagola[/align] También el de Kamiano.
PORQUE CREO, VEO[align=justify]“¡Quiero ver desde la fe!”, bien podría ser el grito de Bartimeo. Necesitamos la fe que transforme nuestra mirada. Pidámosle este don a Jesús. Nosotros tenemos que estar abiertos para que la fe impregne nuestra vida.Miramos a veces de una manera desenfocada o distorsionada. La fe nos da una nueva oportunidad de afrontar la realidad sin cegueras ni miopías. Bartimeo tanto gritó y expresó su fe que el deseo le llevó a una mirada nueva. La fe nos conduce a una aventura que se estrena cada día, cuando pasamos de la ceguera de nuestro egoísmo y de nuestros intereses y dejamos que la vida se nos manifieste a través dela Palabrade Jesús.
La fe es regalo. Está en cada uno. Desde el bautismo en adelante, hemos recibido leste don. Aprovechémoslo y contagiemos a otros la luz que brota de la fe y que nos aleja de la oscuridad.
Porque CREO,VEO. Quita la venda de mis ojos… Y te seguiré.
[/align]
[align=right]Dibu: Patxi Velasco FanoTexto: Fernando Cordero ss.cc.
[/align] Fraternalmente.
27 octubre, 2018 a las 10:46 #19002Anónimo
InactivoOs dejo los comentarios al Evangelio. CON OJOS NUEVOS[align=justify]La curación del ciego Bartimeo está narrada por Marcos para urgir a las comunidades cristianas a salir de su ceguera y mediocridad. Solo así seguirán a Jesús por el camino del Evangelio. El relato es de una sorprendente actualidad para la Iglesia de nuestros días.Bartimeo es «un mendigo ciego sentado al borde del camino». En su vida siempre es de noche. Ha oído hablar de Jesús, pero no conoce su rostro. No puede seguirle. Está junto al camino por el que marcha él, pero está fuera. ¿No es esta nuestra situación? ¿Cristianos ciegos, sentados junto al camino, incapaces de seguir a Jesús?
Entre nosotros es de noche. Desconocemos a Jesús. Nos falta luz para seguir su camino. Ignoramos hacia dónde se encamina la Iglesia. No sabemos siquiera qué futuro queremos para ella. Instalados en una religión que no logra convertirnos en seguidores de Jesús, vivimos junto al Evangelio, pero fuera. ¿Qué podemos hacer?
A pesar de su ceguera, Bartimeo capta que Jesús está pasando cerca de él. No duda un instante. Algo le dice que en Jesús está su salvación: «Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí». Este grito repetido con fe va a desencadenar su curación.
Hoy se oyen en la Iglesia quejas y lamentos, críticas, protestas y mutuas descalificaciones. No se escucha la oración humilde y confiada del ciego. Se nos ha olvidado que solo Jesús puede salvar a esta Iglesia. No percibimos su presencia cercana. Solo creemos en nosotros.
El ciego no ve, pero sabe escuchar la voz de Jesús que le llega a través de sus enviados: «Ánimo, levántate, que te llama». Este es el clima que necesitamos crear en la Iglesia. Animarnos mutuamente a reaccionar. No seguir instalados en una religión convencional. Volver a Jesús que nos está llamando. Este es el primer objetivo pastoral.
El ciego reacciona de forma admirable: suelta el manto que le impide levantarse, da un salto en medio de su oscuridad y se acerca a Jesús. De su corazón solo brota una petición: «Maestro, que pueda ver». Si sus ojos se abren, todo cambiará. El relato concluye diciendo que el ciego recobró la vista y «le seguía por el camino».
Esta es la curación que necesitamos hoy los cristianos. El salto cualitativo que puede cambiar a la Iglesia. Si cambia nuestro modo de mirar a Jesús, si leemos su Evangelio con ojos nuevos, si captamos la originalidad de su mensaje y nos apasionamos con su proyecto de un mundo más humano, la fuerza de Jesús nos arrastrará. Nuestras comunidades conocerán la alegría de vivir siguiéndole de cerca.
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[align=right]José Antonio Pagola[/align] También el de Kamiano.
PORQUE CREO, VEO[align=justify]“¡Quiero ver desde la fe!”, bien podría ser el grito de Bartimeo. Necesitamos la fe que transforme nuestra mirada. Pidámosle este don a Jesús. Nosotros tenemos que estar abiertos para que la fe impregne nuestra vida.Miramos a veces de una manera desenfocada o distorsionada. La fe nos da una nueva oportunidad de afrontar la realidad sin cegueras ni miopías. Bartimeo tanto gritó y expresó su fe que el deseo le llevó a una mirada nueva. La fe nos conduce a una aventura que se estrena cada día, cuando pasamos de la ceguera de nuestro egoísmo y de nuestros intereses y dejamos que la vida se nos manifieste a través dela Palabrade Jesús.
La fe es regalo. Está en cada uno. Desde el bautismo en adelante, hemos recibido leste don. Aprovechémoslo y contagiemos a otros la luz que brota de la fe y que nos aleja de la oscuridad.
Porque CREO,VEO. Quita la venda de mis ojos… Y te seguiré.
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[align=right]Dibu: Patxi Velasco FanoTexto: Fernando Cordero ss.cc.
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