Santos: Aarón (hermano de Moisés), Anastasio, Basilio, Domiciano, Cibardo, abades; Reina, virgen; Cayo, presbítero; Rumoldo, obispo y mártir; Casto, Secundino, Julio, Aarón, mártires; Justino Orona Madrigal y Atilano Cruz Maldonado, sacerdotes y mártires; Regina (Carolina), Simeón, Teobaldo, Teodorico, Tierry, Felices, confesores; Galo, Hilario, , Golveno, Arnoldo, Leoncio, Martín, obispos; Ester, reina.
San Golveno de León, eremita y obispo.
Sus padres fueron una pareja de Britania que llegó a Plouider y apenas desembarcados nació Golveno.
Gozian, un rico terrateniente del país sin herederos, se convirtió en el patrocinador y el padre adoptivo del niño. Él se encargó de su educación.
Pero Golveno, atraído por la soledad, se retiró a un bosque donde construyó una ermita y plantó tres cruces para marcar su ruta diaria en todo el Minih (que será la futura parroquia de Saint-Goulven). Llevó una vida religiosa marcada por la oración, la penitencia y el trabajo junto con un discípulo llamado Maden.
Se narra que gracias a la intercesión de nuestro santo, se ganó una victoria sobre los piratas normandos. Como muestra de agradecimiento se le donó el territorio de Minih.
Fue nombrado obispo de Saint-Pol-du-Léon, sucediendo a San Pablo Aureliano, y después de unos años de gobierno se retiró al territorio de Saint Didier en Rennes, donde murió.
Fue enterrado en la abadía de Saint-Melaine de Rennes.