Viernes Santo. Traslado del Cristo de las Ánimas.

Llegamos al momento culmen de la Pasión. Hasta este día, hemos visto a Cristo en los distintos momentos de su tortura, sufriendo por todos nosotros. Ahora, ya lo encontramos muerto en la Cruz.

Un año mas, y desde hace mas de sesenta años, los hermanos de esta cofradía, trasladan a Cristo en la Cruz, muerto, desde la Imperial de Santa María de Palacio hasta la concatedral de la Redonda.

En esta procesión, del ciscornio que magistralmente interpreta un cofrade, salen las oraciones que el pueblo logroñes dedican a su Cristo muerto. Son los Silencios que en su día, compusiera el maestro Alonso para la cofradía. Tras haber cruzado la calle mayor, llegan al hospital provincial, en el cual suena Silencio.

A lo largo de su recorrido, atravesando Rodriguez Paterna para entrar en Portales, solo se escuchan los golpes secos que lo portadores dan con las horquillas, a modo de aviso de que Jesús va a triunfar tan solo tres días despues, cuando lo veamos Resucitado.

Al llegar a la Redonda, suenan las últimas notas antes de introducirlo, no sin dificultad, en el interior del templo. Suena la saeta, y los portadores mecen al Señor con dulzura. Una vez finalizada, todos a una, entran este bendito retablo al lugar donde descansara hasta la procesión del Santo Entierro.

Un fraternal saludo.