Inicio Foros Formación cofrade Santoral 04/02/2019 San José de Leonessa, religioso presbítero.

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    Santos: Andrés Corsino y Fileas, Remberto, Filo, Gilberto, Aventino, Abrahán, obispos; Dióscoro y Teodoro, Eutiquio, Aquilino, Gémino, Gelasio, Magno, Isidoro, José de Leonessa, Verónica, Modán, confesores; Juan Brito, Filoromo, Donato, mártires; Juana de Valois, reina; Teófilo, penitente.

    San José (Eufranio Desiderio) de Leonessa, religioso presbítero.

    Nació en 1556 en Leonessa en Umbría, y a la edad de dieciocho años hizo su profesión como fraile capuchino en su ciudad natal, y tomó el nombre de José, en lugar de Eufranio, su nombre de pila. Era humilde, obediente y mortificado en grado heroico, y tres días a la semana no tomaba otro sustento que pan y agua. Generalmente predicaba con un crucifijo en la mano, y el fuego de sus palabras inflamaba el corazón de sus oyentes. En 1587 fue enviado a Turquía como misionero entre los cristianos de Pera, suburbio de Constantinopla. Allí animaba y servía a los esclavos cristianos de las galeras con maravillosa devoción, especialmente durante una peste maligna, de la cual se contagió, aunque después recobró la salud. Convirtió a muchos apóstatas, y se expuso al rigor de la ley turca cuando predicaba la fe a los musulmanes. José fue encarcelado dos veces, y la segunda vez lo condenaron a cruel muerte.

    Mediante afilados garfios que atravesaban una de sus manos y uno de sus pies fue colgado de una horca. Sin embargo, después de haber sido torturado por muchas horas, fue puesto en libertad y se le conmutó su sentencia por el destierro. Desembarcó en Venecia y, después de una ausencia de dos años, regresó de nuevo a Leonessa, donde reanudó sus labores con extraordinario celo. Hacia el fin de su vida sufrió mucho a causa de un tumor. Para extirpárselo, fue sometido a dos operaciones durante las que no exhaló el menor gemido o queja, sosteniendo todo el tiempo un crucifijo sobre el cual tenía fijos los ojos. Cuando se sugirió que antes de la operación debería ser atado, señaló el crucifijo, diciendo: «Este es el lazo más fuerte; esto me sujetará mejor que cualquier cuerda lo haría».

    La operación no tuvo éxito y San José murió felizmente el 4 de febrero de 1612, a la edad de cincuenta y ocho años.

    Fue beatificado por Su Santidad el Papa Clemente XII, el 22 de junio de 1737 y canonizado por Su Santidad el Papa Benedicto XIV, el 29 de junio de 1746.

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