Santos: San Carlos Borromeo, cardenal, Patrono de Banca y Bolsa. Próculo, obispo y mártir; Porfirio, Vidal Agrícola, mártires; Amancio, Nicandro, obispos; Claro, presbítero y mártir; Emerico, Filólogo, Patrobas, confesores; Hermas, Pierio, presbíteros; Modesta, virgen; Juanicio, abad.
San Emerico (Enrique), laico.
Poco o casi nada sabemos desgraciadamente de nuestro santo de hoy, pues no tenemos muchos datos fidedignos sobre su vida.
Fue el único hijo de San Esteban, rey de Hungría y de la reina Gisela, hija del duque Enrique de Baviera el Pendenciero. Nació en 1007, y San Gerardo de Sagredo se encargó de su educación. Cuando el emperador Conrado II proyectaba apoderarse de las rentas de la diócesis de Bamberga, le propuso al joven Emerico que participase en la expoliación, pero el rey San Esteban lo impidió. Las llamadas «Instrucciones de San Esteban a su hijo» no son auténticas. Es cierto que el monarca tenía la intención de compartir sus responsabilidades con Emerico (aunque es falso que haya renunciado a la corona en favor de él), pero antes de que tuviese tiempo de hacerlo, Emerico murió en una cacería. Cuando le llegó la noticia, San Esteban exclamó: «Dios le amaba, por eso me lo quitó tan pronto».
El príncipe fue sepultado en la iglesia de Székesfehérvár y, en su sepulcro se obraron numerosos milagros. El padre y el hijo fueron elevados al honor de los altares al mismo tiempo pos Su Santidad el Papa Gregorio VII, en el año 1083.