Inicio Foros Formación cofrade Santoral 08/10/2012 Santa Pelagia, penitenta.

  • Este debate está vacío.
Viendo 1 entrada (de un total de 1)
  • Autor
    Entradas
  • #7933
    Anónimo
    Inactivo

    Santos: Susana de Blois, mártir; el anciano Simeón, Artemón, presbítero; Reparada, Benedicta, vírgenes; Néstor, Demetrio, Hugo, Valeria y Polena, Paladia, Porcaria, Palaciata, Lorenza, mártires; Evodio, Caletrico, obispos; Pelagia, Tais, penitentes; Badilón, Martín, abades; Eusebia, abadesa; Pedro de Sevilla, mártir; Brígida, viuda.

    Santa Pelagia.

    La antigüedad cristiana se alimentó con el encanto de dos historias que de algún modo llevan al corazón cristiano la añoranza de la inocencia perdida y animan a la vuelta. Es un consuelo encontrar en la tierra los rastros de quienes, habiendo sido presa del desarreglo, de la mala vida que por algún tiempo juzgaron como buena, del desorden y la lejanía de Dios, pues, mira… resulta que han sido gente que se salva. Sí, son una gran luz en la oscuridad que alienta la esperanza de los que somos más, de los pecadores. Estas actitudes están personificadas en Pelagia y Tais.

    A Santa Pelagia se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo v. En Antioquía –este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras– se la llamaba “Margarita” que es la traducción de “gema”, quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas.

    Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo. Bastó oírlo para que Dios la moviera a sincera conversión, pidiera el bautismo y cambiara sus danzas, sus máscaras y abalorios por la penitencia. Termina el relato de su historia diciendo que murió penitente en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, en el año 468, disimulando con una máscara su condición de mujer, habiéndose hecho llamar Pelagio.

    Las dos historias de estas santas, son una delicada muestra que realza la misericordia del Señor.

    Mirando así las cosas… yo también tengo aún remedio, ¿no?

Viendo 1 entrada (de un total de 1)
  • Debes estar registrado para responder a este debate.