Nuestra Señora del Puy (Estella). Santos: Beda el Venerable, presbítero y doctor de la Iglesia; Gregorio VII, Urbano, Bonifacio IV, papas; María Magdalena de Pazzi, virgen; Magdalena Sofía Barat, fundadora; Lesmes, Genadio, Zenobio, obispos; Valencio, Máximo, Valentín, Pasicrates, mártires; Cristóbal Magallanes Jara y Agustín Caloca Cortés, sacerdotes y mártires; Dionisio, obispo y mártir, Emma, Aldelmo, abades; Dionisio, confesor; Vicenta María Álvarez de Vicuña, fundadora de las Hijas de María Inmaculada.
San Dionisio de Milán, obispo y mártir.
Entre los pocos obispos que sostuvieron a San Atanasio cuando todo el mundo estaba contra él, ocupa un sitio de honor San Dionisio, quien sucedió a Protasio en la sede de Milán, en 351. San Dionisio, gran paladín de la fe católica, asistió en el año 355, en el palacio de su ciudad episcopal, a un sínodo que el emperador Constancio, favorecedor de los arrianos, había reunido para que condenase a Atanasio. San Dionisio, san Eusebio de Vercelli y San Lucifer de Cagliari, formaron parte del reducido grupo de los que se negaron a firmar el decreto. El emperador los desterró por ello. San Dionisio se retiró a Capadocia, donde murió hacia el año 360, probablemente poco antes de que el emperador Juliano restituyese a los obispos desterrados a sus diócesis. Hay que hacer notar que San Basilio envió, desde Capadocia a Milán, los despojos mortales de San Dionisio. Todavía se conserva la carta en que San Basilio cuenta a San Ambrosio las medidas que tomó para asegurarse de la autenticidad de las reliquias.