Inicio Foros Formación cofrade Evangelio Dominical y Festividades Comentario al Evangelio del domingo 09/01

  • Este debate está vacío.
Viendo 1 entrada (de un total de 1)
  • Autor
    Entradas
  • #7348
    Anónimo
    Inactivo

    Hola a todos:

    Mañana domingo, con la fiesta del bautismo de Cristo, finaliza el tiempo de Navidad y comienza el lunes el denominado tiempo ordinario. Os dejo los comentarios del Evangelio del domingo.

    ARRIESGARSE

    [align=justify]Los expertos afirman que ha crecido en la sociedad moderna la búsqueda de seguridad. Es normal que suceda así en tiempos de crisis. Las personas se arriesgan cada vez menos. Es lo mejor para no tener problemas o disgustos. No hay que cometer errores. Hay que medir bien las consecuencias par evitar críticas o rechazos.

    Unos se defienden reduciendo su vida al ámbito de lo privado. Otros se parapetan detrás de una ideología, una religión o un código de comportamiento social obligado. Hay que ser políticamente o religiosamente correcto. Es peligroso salirse del «pensamiento único».

    Ahora bien, quien sólo busca seguridad, termina empobreciendo su existencia. Es difícil que en esa vida aparezca algo realmente nuevo. Las personas se incapacitan para tener ideas nuevas. Pierden creatividad. Se les apaga la imaginación. Su vida es pura repetición.

    Está búsqueda de seguridad que tanto puede paralizar la vida no afecta sólo a los individuos. Hay un modo de hacer política inmediatista y pragmática que ahoga cualquier proyecto renovador para el futuro. Los problemas siguen bloqueados por falta de voluntad y de audacia. Algo parecido sucede en la Iglesia. Vivimos tiempos de graves crisis pero nos falta valor para intentar caminos nuevos. Nos parece más seguro y hasta más evangélico seguir haciendo lo de siempre.

    Es difícil imaginar un deseo más irreal y falso que ése del «Año Nuevo, vida nueva», que se repite entre nosotros estos días. Una cifra nueva en nuestros calendarios no introducirá nada nuevo en nuestras vidas. Si los políticos no actúan de manera más audaz y decidida, nuestros problemas seguirán bloqueados. Si en la Iglesia no confiamos más en la fuerza renovadora del Evangelio, seguiremos evitando posibles riesgos y errores, pero no aportaremos luz y esperanza al mundo moderno.

    Para cada uno de nosotros, este año será nuevo si nos entusiasmamos por algún proyecto nuevo, si tomamos iniciativas nuevas, si nos arriesgamos a amar con más generosidad, si nos atrevemos a creer en Dios con más verdad.[/align]

    DIFERENTE

    [align=justify]¿Puede decir algo al hombre o a la mujer de hoy el deseo de Dios de un creyente del siglo once?

    ¿Está permitido publicar su oración en un periódico de nuestros días?

    ¿Es una provocación de mal gusto? ¿Una ingenuidad?

    ¿Puede ser una «llamarada» diferente para quienes buscan algo más que bienestar material?

    He dudado antes de transcribir estos fragmentos de la célebre oración de Anselmo de Canterbury. Tal vez sean para alguno un «regalo de Navidad».[/align]

    [align=center]«Ea, hombrecillo, deja un momento tus ocupaciones habituales;

    entra un instante en ti mismo, lejos del tumulto de tus pensamientos.

    Arroja fuera de ti las preocupaciones agobiantes;

    aparta de ti tus inquietudes trabajosas.

    Dedícate un rato a Dios y descansa siquiera un momento en su presencia….

    Excluye todo, excepto Dios y lo que pueda ayudarte a buscarle…

    Ahora di a Dios:

    Busco tu rostro, Señor, anhelo ver tu rostro…

    Enseña a mi corazón dónde y cómo buscarte, dónde y cómo encontrarte…

    Si no estás aquí, ¿dónde te buscaré?

    Si estás por doquier, ¿cómo no descubro tu presencia?…

    Nunca jamás te vi, Señor, Dios mío; no conozco tu rostro.

    ¿Qué hará éste tu desterrado lejos de ti?

    ¿Qué hará tu servidor, ansioso de tu amor y tan lejos de tu rostro?

    Anhela verte, y tu rostro está muy lejos.

    Desea acercarse a ti, y tu morada es inaccesible.

    Arde en el deseo de encontrarte, e ignora dónde vives.

    No suspira más que por ti, y jamás ha visto tu rostro…

    Tú me has creado… y me has concedido todos los bienes que poseo, y aún no te conozco.

    Me creaste para verte, y todavía nada he hecho de aquello para lo que fui creado…

    Enséñame a buscarte y muéstrate a quien te busca porque no puedo ir en tu busca a menos que tú me enseñes,

    y no puedo encontrarte si tú no te manifiestas.

    Deseando te buscaré,

    buscando te desearé,

    amando te hallaré

    y hallándote te amaré».[/align]
    Espero que os aproveche.

    Fraternalmente.-

Viendo 1 entrada (de un total de 1)
  • Debes estar registrado para responder a este debate.