Flecha directa al corazón

[Anónimo]

Hola a tod@s: Desde que leí el pasado domingo día 5 de Septiembre la publicación semanal “PUEBLO DE DIOS”, vengo dándole vueltas en mi cabeza al artículo de D. Juan Pablo López, misionero en Benin, donde plasma con total claridad, la realidad socio-religiosa de nuestros pueblos y ciudades. Recomiendo su lectura y para ello dejo el enlace para poder hacerlo fácilmente y una vez leído analizarlo debidamente.

http://www.iglesiaenlarioja.org/Populus/comments.php?y=10&m=09&entry=entry100905-010520

Tal y como relata brevemente el artículo, debiéramos hacernos la primera de las preguntas. ¿Cómo puede ser, que desde un ambiente hostil, sin medios económicos ó escasos, sin medios humanos suficientes y en fin, con casi todo en contra de ellos, pongan en ariete el esfuerzo colectivo de estos cristianos, que con los pocos medios de que disponen, los ofrecen voluntariamente y desinteresadamente a favor de su pequeña comunidad cristiana, para buscar a Dios con tanta fé y humildad, buscándolo con tanta devoción y confianza en ello que nos dan claro ejemplo y bella lección de cómo debiéramos actuar también todos nosotros.

Y claro, encuentran fácilmente a Dios. A nuestro Dios. Pues es Dios quien sale a buscarnos a todos nosotros por esos caminos indicados. Y en esos caminos están ellos………………

En la mal llamada sociedad del primer mundo (los que nos creemos privilegiados) nos creemos mejores y casi únicos. Y bajo parámetros totalmente equivocados hemos manipulado nuestras creencias y preceptos para intentar adecuar nuestra religión haciéndola a la carta de cada uno de nosotros, ajustándola a nuestra conveniencia, pretendiendo por estos caminos, encontrar también a Dios, cosa muy difícil pues como digo, está clarísimo que Dios nos sale al encuentro buscándonos por otros “barrios”.

Tal y como detalla D. Juan Pablo, somos incapaces de sentarnos juntos como hermanos en los bancos de nuestros templos, sin apreciar que es DIOS reflejado en nuestro prójimo quien está sentado en el mismo banco……. Etc.

Que decir, de nuestras cofradías, hermandades y asociaciones (por arrimar la sardina al ascua). ¿Pretendemos encontrar a Dios por estos caminos, cuando somos incapaces de juntar esfuerzos, de cambiar actitudes, de cambiar gestos, para llegar a ser verdaderos hermanos y juntos buscar la salvación ofrecida a través de Cristo? ¿En qué y con cuanto colaboramos y participamos dentro de la IGLESIA, dentro de la familia cristiana? ¿así queremos llegar a encontrarnos con DIOS?

En fin, dejo todo esto para ayuda en un intento de hacer todos, una pequeña reflexión. Ya me diréis lo que os parece dicho artículo pues creo no tiene “desperdicio alguno”.

Un saludo a tod@s. ROU

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