Inicio Foros Formación cofrade Yo también soy Iglesia IGLESIA – ESTADO, SOCIEDAD Y RELIGIÓN

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    [align=center]IDENTIDAD Y TOLERANCIA[/align]

    [align=justify]Bajo el título IGLESIA – ESTADO; SOCIEDAD Y RELIGIÓN, quiero abir el debate sobre lo que significa y representa la presencia de los católicos -y por extensión de los adeptos a cualquier religión – en las sociedades desarrolladas.

    Comenzaré con una notica puede ayudar a contextualizar el ámbito en el que se desarrollan nuentras vidas.

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    El pasado 22 de diciembre leía esta noticia en Internet: el Primer Comisionado del condado de Henderson, (Texas), Joe Hall (cuya foto pueden ver más abajo), recibió en su despacho de Athens una carta exigiéndole que retirara inmediatamente el Belén que se colocaba, desde hace 30 años, junto a la sede de los Tribunales del Condado. Los firmantes de la carta consideraban “anticonstitucional” poner las figuras del Misterio en un lugar público.

    El Belén es propiedad de Keep Athens Beautiful, una asociación de voluntarios que se dedica a promover cualquier acción que embellezca la ciudad de Athens durante las Navidades.

    Joe Hall se calzó su gorra para recibir a la cadena de televisión “News 8” y explicarle al mundo entero su postura ante lo que lo que ya se daba en llamar “guerra de Navidad”: “Quitarán el Belén cuando el infierno se hiele – dijo – y eso no va a pasar”. El propio juez del condado, Richard Sanders, afirmó: “honestamente no entiendo a qué viene esto. Los residentes en el pueblo no han elevado ninguna demanda en ese sentido”. El resto de confesiones religiosas tampoco habían elevado petición alguna solicitando un trato similar.

    La fundación “Freedom From Religión” (Libertad ante la Religión), promotora de esta iniciativa, tiene su sede a 1.338 km de Athens. En teoría, pretende proteger el principio constitucional de separación entre Iglesia y Estado, pero en la práctica se dedica a soliviantar pacíficas comunidades locales, a protestar contra el Día Nacional de la Oración, a presentar como contradictorias la razón y la religión, a fomentar el ateísmo y a promover fiestas como el cambio de solsticio.

    La noticia concluía con este párrafo: “En los últimos años los grupos ateos norteamericanos han conseguido algunas victorias con campañas como esta, normalmente porque no han tenido en frente a un Joe Hall. Esta vez dieron con el hombre equivocado”.

    Esta situación no es desconocida para nosotros: los últimos años, en los municipios gestionados por socialistas, hemos vivido el mismo absurdo debate; la Generalitad de Cataluña aprobó en 2009 una ley de los centros de culto que se presta a “legalizar” conductas claramente contrarias al derecho de libertad religiosa; Zapatero dejó “en puertas” una ley sobre asociaciones religiosas y culto público que, o mucho me equivoco, o los socialistas retomarán cuando recuperen el poder del Parlamento nacional.

    Es una tentación irresistible para los “teóricos de la política y de los modelos de sociedad”, traer a colación, reiteradamente, el gran tema de las religiones, sus expresiones culturales y sus derivaciones morales. Pero al hacerlo no buscan primar la “mejor” religión, la “más tolerante” o la “más razonable”. Tampoco quieren conseguir la separación definitiva Iglesia – Estado, que en España existe de facto, ni garantizar la libertad interna o la imparcialidad de personas e instituciones; no se proponen asegurar la libertad religiosa de los ciudadanos (judíos, evangelistas, musulmanes, católicos, agnósticos, etc.). Lo que buscan es barrer toda referencia superior a la ley civil. ¿Porqué? ¿qué interés salvaguardan?

    El sentido común responde buscando otra perspectiva del asunto: ¿a quién beneficia que se retiren de los espacios públicos del planeta los Belenes, los Budas, las estrellas de David y otros signos religiosos? Un agnóstico o un ateo, ¿se siente más feliz y satisfecho si termina la jornada sin topar con un crucifijo? ¿Nos parecen “ilegales” las imágenes de dioses que adornan los monumentos griegos o mayas? ¿Los cristianos españoles de 2012 queremos imponer nuestra fe al resto de compatriotas? Asumiendo que nuestras normas morales fueran arcaicas e inútiles, ¿deterioramos el buen clima social de nuestro país defendiendo el derecho a la vida, reivindicando la estabilidad del matrimonio, el retraso del inicio en las relaciones sexuales hasta haber logrado la estabilidad que significa el matrimonio, o la justicia en el reparto de bienes materiales?

    Más bien temo que la pretensión de estos “forofos del ateísmo” sea suprimir el sentido de la conciencia individual. Las religiones – unas con mayor acierto que otras – refuerzan este sentido, luego interfieren. Además, si no hay Dios o norma moral por encima de la ley civil, quienes ostentan el poder político se convierten en diosecillos dotados de poder absoluto, sin nadie que les pida cuenta por los abusos y desmanes cometidos, que juegan el partido del cálculo del poder según las normas que ellos mismos establecen.

    Yo pregunto: aunque no seamos “fanáticos” de ninguna religión, ¿podemos permitirnos este constante maltrato a las expresiones de religiosidad?[/align]

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