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    ROU
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    #11560
    ROU
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    #17613
    ROU
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    #11561
    Anónimo
    Inactivo

    buff compañero e leido muchos documentos y documentales, y cada dia dicen una cosa. yo casi mas me lo tomo como lo del santo grial, que existe puede que sea cierto bueno, tambien dicen que la sabana santa tiene un trozo añadido que lo hicieron unos maestros tejedores muchos años despues. un misterio mas en la vida pero gracias por los aportes. un saludo

    #17614
    Anónimo
    Inactivo

    buff compañero e leido muchos documentos y documentales, y cada dia dicen una cosa. yo casi mas me lo tomo como lo del santo grial, que existe puede que sea cierto bueno, tambien dicen que la sabana santa tiene un trozo añadido que lo hicieron unos maestros tejedores muchos años despues. un misterio mas en la vida pero gracias por los aportes. un saludo

    #11562
    Anónimo
    Inactivo

    Os voy a ir poniendo un estudio realizado por Jose Liebana Ureña, un cientifico que lo va explicando de forma precisa. V a en varios capítulos. Ahí os dejo el primero. Creo que sea de vuestro interes.

    Esta sacado de la página Pasion en Sevilla, en su sección de Comunidad Cofrade.

    SOBRE LA AUTENTICIDAD DE LA SÁBANA SANTA (I)

    Para Beatriz Cobo, María del Pilar de la Fuente, Alberto Ortega, Túrbula, María Luisa Ortiz, Inma García y Felipe Bermudo, por la amistad que siempre me brindaron.

    Justificación.

    Queridos amigos. Soy, como quien dice, un recién llegado a esta maravillosa página. Aquí me encontré con personas extraordinarias que, de otra forma, no hubiese conocido. Gracias a todos ellas. Era mi intención el “colgar” algunos blogs sobre asuntos meramente cofrades. Sin embargo, a raíz de haberse celebrado en Granada las Primeras Jornadas Sobre el Estudio Científico de la Sábana Santa, ser yo el coordinador docente y darlas a conocer por este medio, son muchas las preguntas que diversos amigos me formulan sobre las mismas. Por ello pospongo aquellos, influido además por mi falta de tiempo, para centrarme en este tema. Vaya por delante que no pretendo convencer a nadie sobre algo que no es de fe y que no soy una persona apasionada e intransigente que se crea en posesión de la verdad absoluta. Todo lo contrario. Como ser racional, sigo, después de 30 años estudiando este asunto, con mis dudas en muchos aspectos. Y es que la madurez hace, como dicen en mi tierra, “separar el polvo de la paja”, lo que obliga a cualquier persona, medianamente inteligente, a replantearse cuestiones que se daban como ciertas y que hoy, a la luz de nuestros conocimientos actuales, hay que desechar como falsas. Igualmente señalaros la dificultad de resumir en un poco espacio, todo lo escrito, a favor y en contra, de este “objeto” que, de no ser porque de él se puede traslucir la muerte de Jesús, e implícitamente su resurrección, hubiese recibido todos los beneplácitos de la comunidad científica internacional. Restos arqueológicos existen que han sido considerados como verdaderos con menos pruebas que las que hay sobre la autenticidad de la Sábana Santa o Sindone. Debido a esta dificultad me centraré únicamente en lo más controvertido sobre la misma, dejando la puerta abierta a cualquier amigo que desee completar la información que sigue. Pido disculpas por el uso de algunos términos técnicos complejos, imprescindibles, pero que he procurado sean los mínimos. Igualmente, y de nuevo, perdón por la extensión de estos blogs, necesaria para un mejor conocimiento del tema, de hecho muy reducida ante la ingente bibliografía que existe.

    1. ¿Qué es la Sábana Santa o Sindone?

    Es un lienzo de lino, tejido muy usado en la antigüedad, cuya conservación es relativamente aceptable (figura 1).

    Tiene un color amarillo pálido, mide 4,36 metros de largo y 1,10 metros de ancho y en él se observan las imágenes dobles, tenues y apenas visibles de cerca, anterior y posterior unidas por la cabeza de una persona muerta y en la que se distinguen una serie de manchas rojizas que parecen sangre. Igualmente se ve un ribete de 0,08m de tela más reciente (probablemente empleada para centrar la imagen) y la falta de unos bordes, quizás usados como reliquias De ser auténtica, la impronta del hombre surgiría por la forma de envolver el cadáver mediante una tela que rodearía su cuerpo (figura 2).

    También se detectan una serie de arrugas en los lugares por los que se doblaba en la antigüedad, zonas chamuscadas, algún que otro deterioro y restauración y sobre todo, antes claramente visibles, unos triángulos de tela más reciente. Eran debidos a unas reparaciones que hicieron las monjas de Chambery tras el rastro que dejó un incendio en esa ciudad francesa. Hoy le han sido retirados al lienzo tras la última restauración de 2002.

    2. Prueba del Carbono 14.

    Muchas personas piensan que después de este ensayo, no hace falta nada para señalar que se trata de una falsificación medieval. Veamos como las cosas no son tan simples como parecen.

    El carbono, fuente de la vida, se presenta en la naturaleza fundamentalmente en forma de C12 (6 neutrones y 6 protones en su núcleo). En menor proporción existe el C13 (7 neutrones y 6 protones). Tanto uno como otro son estables, es decir sus núcleos permanecerán inalterados indefinidamente, salvo que intervenga una reacción nuclear. Hay también otro isótopo, el C14 (con 8 neutrones y 6 protones en su núcleo) y que como los anteriores forma parte de la materia orgánica pero, a diferencia de aquellos, se encuentra en pequeñísimas cantidades y además es radiactivo o inestable, es decir que con el paso de los años uno de sus neutrones se convierte en un protón. Existen otros isótopos también inestables, C10, C11, C15 y C16, cuya proporción en la materia orgánica es despreciable. El C14, cuando uno de sus neutrones (n) se convierte en un protón (p), se transforma en nitrógeno (N14) y cada vez que esto ocurre se emite un neutrino y una partícula beta (figura 3).

    Su reposición se lleva a cabo por la acción de los rayos cósmicos que alcanzan las capas altas de la atmósfera. Allí arriba, estos rayos, que provienen del Sol y del espacio exterior, chocan con los átomos del aire y generan neutrones y entonces el N14 + n pasa a C14 + p. Así a unos 11 kilómetros de altura se genera nuevo C14 que se “quema” combinándose con el oxígeno produciéndose dióxido de carbono (CO2) que es radiactivo. Este CO2 es indistinguible del normal de la atmósfera inferior. Tanto uno como otro es respirado por los vegetales a través de la fotosíntesis y así el C14 se incorpora, mediante la cadena alimentaría, a los animales herbívoros y de estos a los carnívoros y omnívoros, incluido el hombre. Todo ser vivo que se alimenta del CO2 del aire o de otros organismos, adquiere una determinada cantidad de Cl4 dependiente de la que en ese momento exista en la atmósfera. El CO2, y por tanto el C14, se consume en diversas reacciones bioquímicas y tanto uno como otro, se mantienen constantes por intercambio con su entorno. Esto es cierto mientras existe vida, pero una vez que se produce la muerte, el intercambio se detiene y el número de átomos de C14 comienza a reducirse. Por ejemplo un paño de lino tejido de hace 2000 años estará formado por hilos de plantas que habrán sido recolectadas poco antes de su confección. El C14 presente en la celulosa del lino provendrá del CO2 atmosférico respirado por la planta. Al ser cortada deja de intercambiar carbono y la cantidad de C14 presente en los hilos comienza a disminuir. Si medimos esa cantidad de C14 y la comparamos con la del lino actual podremos deducir los años transcurridos desde que se recolectó la planta o, poco más o menos, la fecha de confección del paño. De lo expuesto, dos datos de gran interés pueden deducirse: a) cualquier suplemento extra de C14 a un objeto que se va a estudiar por el método del radiocarbono, determinará un rejuvenecimiento en la fecha de datación; b) donde exista materia orgánica o inorgánica con carbono, puede existir C14 y c) la cantidad de C14 en la atmósfera y por tanto en un ser vivo, puede estar influenciada por los ciclos del Sol ya que estos intervienen de forma decisiva en la formación del isótopo radiactivo a partir del N14.

    2.1. La datación de 1988. Se eligieron tres laboratorios de reconocido prestigio: el de la Universidad de Oxford, el de la Universidad de Arizona en Tucson y el Instituto Federal de Tecnología de Zurich. El estudio fue coordinado por Michael Tite, director del Museo Británico. Los tres emplearon el método de la espectrofotometría de masas que era el que menos cantidad de tejido requería. El 21 de abril de 1988 se tomó una muestra de lino de 8,1 x 1,6 cm2. Se cortó el fragmento en un borde de la parte inferior derecha de la imagen frontal.

    Tras ser pesado (figura 4a), limpiado y extraer un largo hilo libre y una zona mal recortada, quedó un trocito de 7 x 1 cm2 que fue dividido en dos mitades, una a su vez partida en tres para cada laboratorio y otra que quedó en poder de Riggi que fue quien cortó la tira de tejido. El estudio se hizo a ciegas, para ello se incluyeron otras tres muestras más cuyo origen era desconocido por los laboratorios seleccionados: la número 2, provenía de una tumba de Nubia datada de los siglos XI y XII; la número 3 pertenecía a una momia de Tebas de entre los siglos I aC y I dC; la número 3 procedía de la capa pluvial de San Luis de Anjou muerto en 1297; la número 1 era obviamente el tejido de la Sindone. Los resultados del estudio fueron dados a conocer el 13 de octubre de 1988 por el cardenal Anastasio Ballestrero en conferencia de prensa en Turín, antes de su aparición en Nature.

    Tal como se observa en la figura 5 todas las muestras analizadas coincidían bien con las fechas históricas previstas, sin embargo a la Sábana Santa se le evaluó una edad de 689 ± 16 años, por lo que la fecha de origen se situaría entre 1262 y 1384, aproximadamente la época en la que el lienzo llegó a Francia o lo que es lo mismo, desde el momento en que su existencia está bien documentada Pero aunque los resultados parecen meridianamente claros, la famosa p de la significación estadística entre la datación de los tres laboratorios está casi en el limite para no serlo. Cosa que habitualmente no se dice, porque obviamente no interesa

    2.2. Posibles errores en la datación. La prueba del radiocarbono es una buena técnica pero no infalible, se reconocen hasta un 20% de errores y a lo largo de la historia existe constancia que ha fallado de forma clamorosa. Por otra parte el descubridor del método, Libby, antes de 1988 (para entonces ya había muerto) consideraba que la Sábana Santa no era objeto apto para realizar la prueba ya que una serie de factores podían interferir los resultados de su datación: exposición al aire, había estado en ambientes húmedos, probablemente tendría altos niveles de contaminación al estar sometida a la veneración pública (besada, tocada, humo de los cirios), al polvo, a los hongos, a los pólenes, había sufrido la acción de varios incendios y del agua para evitar su destrucción, etc, etc. En cualquier caso cuando se conocieron los resultados de 1988, los defensores de la autenticidad del lienzo se movilizaron para resaltar que la prueba debería ser considerada inválida. Personalmente pienso que los laboratorios implicados no se pusieron de acuerdo para hacer una datación fraudulenta. Cosa diferente es que se podría haber escogido a otros quizás más preparados, pero los seleccionados ofrecían todas las garantías para realizar la prueba. También es cierto que hubo ciertas irregularidades como la de incluir inesperadamente el análisis de la capa pluvial de San Luís y otras que comentaremos que bien pudieron influir en el resultado final. Sin embargo, no encuentro en una carta de Michael Tite, nada que indique sus dudas sobre la datación, aunque algo raro se deduce de ella “….yo tampoco considero el resultado de la datación del Sudario de Turín como una demostración de que sea falso….” . Lo que sí es posible es que, además de las citadas irregularidades una serie de factores pudieran haber influido para rejuvenecer la edad proporcionada por la prueba. De una forma resumida pasamos a comentarlas y a dar nuestra opinión personal sobre los mismos.

    Contaminación. El peso unitario del tejido de la tela es de 23 mg/cm2 y el del fragmento cortado pesaba 40 mg/cm2. Esta gran discordancia ha hecho pensar que se produjo una sustitución fraudulenta del trozo del lienzo por otro más reciente. No lo creo. Pienso eso sí que se escogió una zona equivocada para extraer la muestra y que esta estaba extraordinariamente contaminada (figura 4b). Muchos dicen ahora que había que haber tomado muestras de al menos cinco áreas distintas pero eso hubiese significado el sacrificar una parte importante de la Sindone. Ya comentamos que toda materia orgánica o inorgánica que contenga carbono y que suplemente a un objeto que se va a datar, modifica la edad radiocarbónica; esta materia añadida constituye la contaminación. La misma puede ser de dos tipos, abiótica (humo, polvo, aire, etc.) y biótica (pólenes, esporas, microorganismos). Dicha contaminación en la Sábana Santa era la prevista y todo apunta a que fue eliminada correctamente por los laboratorios. Estos al parecer desconocían otro tipo de contaminación que no fue eliminada por los procedimientos empleados con ClH y NaOH: una biopelícula. Esta teoría, emitida en 1993, se debe a Leoncio Garza Valdés del Instituto de Microbiología de San Antonio de Texas. Según él la asociación de un hongo (mejor un liquen) y una bacteria (de los géneros Lichenothelia y Rhododoccus, respectivamente) han formado sobre la Sábana Santa, por un proceso de simbiosis, un recubrimiento con elementos mineralizados (figura 6) que es resistente a lavados químicos.

    Esta biopelícula o cubierta bioplástica dice el autor que además es anterior al incendio de 1532, ya que existía entre las fibras chamuscadas y requeriría para su formación estable cientos de años, que como decíamos anteriormente no fue eliminada en la datación de 1988 y, continuando viva en la actualidad, sería una fuente de enriquecimiento actual y futuro de C14. En el recubrimiento predominan minerales como el cuarzo y calcita que han atrapado a materia orgánica diversa como hematíes y a los propios microorganismos muertos o vivos, todo lo cual supone un aporte de carbono moderno a la Sábana Santa. Como microbiólogo disiento en numerosos aspectos con mi colega useño, aquí teneís solo tres ejemplo: a) aunque la obtención de tal biopelícula es posible en condiciones muy controladas de laboratorio, resulta difícil hacer la deducción de que todo el lienzo estuviese recubierto de la misma a partir de un pequeño trozo, además muy contaminado, como parece que fue el utilizado, si desconocemos la cantidad real de biopelícula tampoco podemos saber si la que hay es suficiente para justificar un rejuvenecimiento de 1.300 años; b) todo apunta a que el carbono de tal recubrimiento no ha sido cuantificado por lo que tampoco podemos conocer su influencia sobre dicho rejuvenecimiento; c) me resulta poco creíble que tales microorganismos hayan sido capaces de resistir los más de 900°C que soportó la urna y los 200°C internos en el incendio de Chambery (en un autoclave, magnífico procedimiento de esterilización esta se consigue con 120°C y unos 20 minutos y d) es extraño que, después de los muchos análisis de expertos textiles, tales componentes minerales hayan pasado desapercibidos. Para colmo en las recientes “Primeras Jornada Sobre el Estudio Cientifico de la Sábana Santa celebradas en Granada» los días 19 y 20 de Febrero, un ponente vino a decir que los estudios de Garza Valdes no se habian realizados sobre fibras del lienzo de Turín. Mis sospechas quedaron así plenamente ratificadas. Es una de las muchas muestras sobre que los defensores de la autenticidad nos agarramos “a un clavo ardiendo” que luego hay que soltarlo más que deprisa. Pero, al contrario de lo que se piensa, al menos en mi caso, nunca seguimos aferrados a determinadas teorías. Primero se comentan como posibilidad y cuando se demuestran que no son validas, “no nos duelen prendas” de proclamarlo. Nadie más que nosotros queremos defender la verdad por encima de todo.

    El estudio se hizo sobre una restauración medieval. Ya comentamos que después de cortar el fragmento de tejido, una parte se retiró y no se empleó para el estudio. Riggi escribe que en la misma existían hilos de otra naturaleza que, aunque en cantidad mínima, habían podido conducir a variaciones en la datación, puesto que eran de incorporación tardía, La pregunta es obvia ¿se eliminaron todos los hilos extraños? Riggi dice que sí pero el laboratorio de Tucson encontró en la muestra recibida un hilo de seda roja y fibrillas azules. Si estas le pasaron desapercibidas a Riggi bien pudo no apreciar un remiendo bien hecho. Pero esto es sólo una hipótesis imposible de demostrar. Por otra parte Ray Rogers, encontró en las zonas de extracción argamasa de oxido de aluminio y un pigmento de raíces de algas (alizarina y purpurina) que no fueron conocidos en Francia hasta el siglo XVI, concluyendo que la muestra se tomó de un añadido al original.

    Este investigador (figura 7), ya fallecido, demostró la práctica ausencia de vainillina, un compuesto derivado de la lignina del lino. Su perdida se produce por la acción del tiempo, calor, etc. De tal forma que data la antigüedad de la tela entre 1.300 y 3000 años Estos estudios, a mi juicio, deberían repetirse por varios investigadores para dar consistencia a estos resultados. En cualquier caso la zona elegida para el corte era la peor de las posibles. Situada, como se ha dicho, en a parte anterior de la imagen frontal era de las más contaminadas ya que es el lugar habitual por donde se cogía la Sábana para las ostensiones. Pero es que por otra parte está muy próxima a zonas con tela más reciente y a los cortes usados, como decíamos, quizás para reliquias (figura 8).

    No entiendo semejante falta de precaución o ¿fue otra irregularidad más? Lo que sí me parece totalmente ilógico es que alguien cambiase las muestras originales por otras de tela más reciente.

    Los incendios. En 1993 en el Symposium Internacional de Sindonología celebrado en Roma, Kouznetsov, premio Lenin de Ciencias y director del Laboratorio de Investigación de Polímeros de Sedov de Moscú, junto con Ivanov, presentó la teoría de cómo un incendio pudo repercutir en la datación de la Sábana Santa. Resumidamente señaló que un trozo de lino sometido a altas temperaturas, durante un período de tiempo determinado, en ausencia de oxígeno y en presencia de CO2, CO (monóxido de carbono), plata y agua (condiciones que se dieron en el incendio de Chambery), se produce, debido a los vapores emitidos por la madera calentada de la caja que contenía el lienzo dentro de la urna de plata, una carboxilación de la celulosa del tejido que rejuvenece la edad radiocarbónica mediante incorporación de nuevos grupos COOH a los OH de la molécula original de dicha celulosa (C6H10O5)n (figura 9).

    Según Kouznetsov: tomó un tejido de lino del siglo I dC, procedente de En Gedi (Israel), y lo envió al laboratorio de Tucson (Arizona) que ya participó en los análisis de 1988. La respuesta del mismo fue “tejido de entre 100 aC y el 100 dC”. Luego el profesor ruso quemó otro trozo de la misma procedencia, simulando el incendio de Chambery, seguidamente lo envió para una nueva datación y según Tucson resultó ser del siglo XIV dC. Con ello demostraba la falsedad de los análisis anteriores. Eslava dice que esto es falso ya que puesto en contacto con el citado laboratorio, le dijeron que el tal Kouznetsov no figuraba entre sus clientes y que entre 1988 y 1994 no habían analizado ningún tejido de En Gedi. Y hoy, aunque en su momento discrepé en este asunto con mi paisano (en otros sigo manteniendo mis diferencias) conociendo lo que ahora sé, creo que estaba en la verdad. En cualquier caso Kouznetsov publicó un trabajo sobre el tema en el Journal of Archaeological Science y en el mismo número, algo bastante irregular a mi entender, debió hacerlo en otro posterior, el editor de la revista permitió a los investigadores del laboratorio de Arizona presentar una réplica al trabajo del grupo de Moscú. En él señalan que ellos no encuentran ningún rejuvenecimiento Resultados lógicos ya que los useños no controlaron las cantidades de CO2, la humedad y emplearon tiempos diferentes de calentamiento sin la presencia de cationes de plata. Aún así las conclusiones de los rusos son difíciles de admitir ya que por ejemplo Salet, alega que, en teoría la carboxilación de la celulosa podría afectar como mucho a los tres grupos OH de cada anillo y que en este caso el rejuvenecimiento máximo no alcanzaría más de 537 años y esto además a base de aumentar el peso de la muestra en un 81,6%. Es pues posible que el incendio de Chambery modificara los resultados de la datación de 1988 ¿En cuántos años?, resulta difícil saberlo pero Cesar Barta, físico y miembro del Centro Español de Sindinología (CES), en un meticuloso y documentado estudio que me envió, considera que en torno a 250 años, muy lejos de los 1.300 necesarios para encontrar una justificación a los resultados de la prueba coordinada por Tite. Esto me demuestra tres cosas: a) la honestidad de los miembros del CES que anteponen la verdad a cualquier hipótesis por muy útil que pueda ser para confirmar la autenticidad del Lienzo; b) que el equipo ruso no fue meticuloso en sus estudios y c) cosa que no me gustaría creer, que falsificaran sus resultados.

    Proporción de C14

    – Modificaciones cuantitativas generales.

    Las cantidades globales de C14 atmosférico dependen del campo magnético terrestre que sufre desviaciones y perturbaciones, de ligeros cambios en las corrientes oceánicas, del CO2 liberado por volcanes, incendios, etc. y de la actividad solar. Aunque la concentración global de C14 ha variado en el tiempo no se ha producido un cambio importante en los últimos 20.000 años. Sin embargo, dicha cantidad sufre modificaciones cíclicas que no suponen un cambio cuantitativo general: los aumentos y descensos se irían sucediendo por lo que al final la cantidad total sería más o menos constante. Estos cambios cíclicos están influenciados por la actividad solar que, recuérdese, era básica en la conversión del N14 en C14. Dicha actividad varía cíclicamente cada 11 años, es lo que se conoce como teoría undecenal (figura 10).

    Así la cantidad de C14 oscila aproximadamente entre un 15% inferior (-15%, -3 años desde el punto 0) y un 15% superior (+15%, +3 años desde el punto 0). Supongamos que se tratase de datar un lino cultivado en el punto 0 (cantidad de C14 habitual), para conseguir una cantidad de C14 residual de 0,787, tendrían que haber transcurrido 1.958 años; si hubiese sido cultivado 3 años después (más cantidad de C14) para conseguir la misma cantidad tendrían que haber pasado 3.115 años y si lo hubiese sido 3 años antes (menos cantidad de C14) tendrían que haber transcurrido 613 años. Es decir que en 6 años, según la actividad solar en el año que se cultivara el lino, podría darse una antigüedad entre 613 y 3.115 años. Esta teoría, aplicable sólo a plantas anuales, invalidaría los resultados de 1988 ya que desconocemos la actividad solar el año en que se cultivó el lino con el que se tejió la Sábana Santa.

    – Modificaciones cuantitativas locales y transitorias.

    * Procesos naturales. Es conocido que en determinadas zonas puede haber más cantidades de C14 sin que se alteren las concentraciones globales atmosféricas. Es el caso de la presencia cercana de minerales radiactivos naturales, las aguas de los ríos que a lo largo de su cauce presentan cantidades diferentes de CO2, los detergentes, las emanaciones de gases, la proximidad a los volcanes. Circunstancias de este tipo han provocado flagrantes equivocaciones de la prueba del radiocarbono. De acuerdo con esta hipótesis, como no conocemos la proporción de C14 del entorno donde se cultivó el lino de la Sábana Santa tampoco se podría determinar su edad radiocarbónica .

    ** Una radiación no especificada. Esto es como no decir nada, lo desconocido se puede implicar en cualquier efecto que no admite explicación. Hoy la física actual no admite ningún tipo de radiación electromagnética que introduzca nuevos neutrones en el núcleo de C12. Aún suponiendo que el N14 del aire se convirtiese en C14 no hay razón de que se combine con la celulosa del lino. Tampoco es aceptable la hipótesis de una desmaterialización del cuerpo en el momento de la resurrección, para que se liberen neutrones que se introduzcan en el C14 de la tela (debe volverse a recordar que el C14 de nuestra atmósfera se debe al impacto de rayos cósmicos sobre el N14 y no sobre C12). Aunque se han propuesto varias teorías para la génesis de C14 nada se dice en ellas de la fuente energética ni como canalizarla para que su único efecto sea el deshacer los núcleos atómicos del cuerpo, sin afectar o destruir los objetos de su entorno.

    Es el ejemplo de la teoría de Rinaudo (figura 11) de que una radiación gamma incidiendo sobre un isótopo del hidrógeno, el deuterio con un neutrón y un protón en su núcleo, provocaría un flujo de neutrones que podría producir un rejuvenecimiento en la datación de radiocarbono de hasta 46.000 años. Pero la cantidad de deuterio corporal es pequeñísima (0,015% del hidrógeno corporal) y la gran duda ¿sobre qué átomos del lino actuarían los neutrones?

    Por las experiencias controladas de lo que puede acontecer en el laboratorio y tal como señala Carreira, no hay razón física para que lo descrito por Rinaudo ocurra, ni que se produzca la cantidad de partículas necesarias para dar una fecha medieval, ni que dichas partículas tengan la energía correcta. Es posible que en el futuro se conozca una radiación semejante hoy, a la luz de nuestros conocimientos, el rejuvenecimiento de la Sábana Santa por tal proceso no es admisible, salvo que entremos en el terreno de lo sobrenatural, un milagro para entendernos.

    Así pues en conclusión, y sin que nada haga pensar en un complot anticatólico o en una confabulación de los laboratorios, la datación con radiocarbono efectuada en 1988, tuvo numerosas irregularidades, errores metodológicos y a sus resultados se les pueden dar otras interpretaciones de índole físicas y químicas (algunas, en teoría, posibles). Pero aun suponiendo que consideramos la prueba como totalmente fiable, no basta con decir que hubo fraude, hay que probar como se hizo y esto enlaza con la segunda parte de este blog (continuará)

    José Liébana Ureña.

    Un fraternal saludo.

    #17615
    Anónimo
    Inactivo

    Os voy a ir poniendo un estudio realizado por Jose Liebana Ureña, un cientifico que lo va explicando de forma precisa. V a en varios capítulos. Ahí os dejo el primero. Creo que sea de vuestro interes.

    Esta sacado de la página Pasion en Sevilla, en su sección de Comunidad Cofrade.

    SOBRE LA AUTENTICIDAD DE LA SÁBANA SANTA (I)

    Para Beatriz Cobo, María del Pilar de la Fuente, Alberto Ortega, Túrbula, María Luisa Ortiz, Inma García y Felipe Bermudo, por la amistad que siempre me brindaron.

    Justificación.

    Queridos amigos. Soy, como quien dice, un recién llegado a esta maravillosa página. Aquí me encontré con personas extraordinarias que, de otra forma, no hubiese conocido. Gracias a todos ellas. Era mi intención el “colgar” algunos blogs sobre asuntos meramente cofrades. Sin embargo, a raíz de haberse celebrado en Granada las Primeras Jornadas Sobre el Estudio Científico de la Sábana Santa, ser yo el coordinador docente y darlas a conocer por este medio, son muchas las preguntas que diversos amigos me formulan sobre las mismas. Por ello pospongo aquellos, influido además por mi falta de tiempo, para centrarme en este tema. Vaya por delante que no pretendo convencer a nadie sobre algo que no es de fe y que no soy una persona apasionada e intransigente que se crea en posesión de la verdad absoluta. Todo lo contrario. Como ser racional, sigo, después de 30 años estudiando este asunto, con mis dudas en muchos aspectos. Y es que la madurez hace, como dicen en mi tierra, “separar el polvo de la paja”, lo que obliga a cualquier persona, medianamente inteligente, a replantearse cuestiones que se daban como ciertas y que hoy, a la luz de nuestros conocimientos actuales, hay que desechar como falsas. Igualmente señalaros la dificultad de resumir en un poco espacio, todo lo escrito, a favor y en contra, de este “objeto” que, de no ser porque de él se puede traslucir la muerte de Jesús, e implícitamente su resurrección, hubiese recibido todos los beneplácitos de la comunidad científica internacional. Restos arqueológicos existen que han sido considerados como verdaderos con menos pruebas que las que hay sobre la autenticidad de la Sábana Santa o Sindone. Debido a esta dificultad me centraré únicamente en lo más controvertido sobre la misma, dejando la puerta abierta a cualquier amigo que desee completar la información que sigue. Pido disculpas por el uso de algunos términos técnicos complejos, imprescindibles, pero que he procurado sean los mínimos. Igualmente, y de nuevo, perdón por la extensión de estos blogs, necesaria para un mejor conocimiento del tema, de hecho muy reducida ante la ingente bibliografía que existe.

    1. ¿Qué es la Sábana Santa o Sindone?

    Es un lienzo de lino, tejido muy usado en la antigüedad, cuya conservación es relativamente aceptable (figura 1).

    Tiene un color amarillo pálido, mide 4,36 metros de largo y 1,10 metros de ancho y en él se observan las imágenes dobles, tenues y apenas visibles de cerca, anterior y posterior unidas por la cabeza de una persona muerta y en la que se distinguen una serie de manchas rojizas que parecen sangre. Igualmente se ve un ribete de 0,08m de tela más reciente (probablemente empleada para centrar la imagen) y la falta de unos bordes, quizás usados como reliquias De ser auténtica, la impronta del hombre surgiría por la forma de envolver el cadáver mediante una tela que rodearía su cuerpo (figura 2).

    También se detectan una serie de arrugas en los lugares por los que se doblaba en la antigüedad, zonas chamuscadas, algún que otro deterioro y restauración y sobre todo, antes claramente visibles, unos triángulos de tela más reciente. Eran debidos a unas reparaciones que hicieron las monjas de Chambery tras el rastro que dejó un incendio en esa ciudad francesa. Hoy le han sido retirados al lienzo tras la última restauración de 2002.

    2. Prueba del Carbono 14.

    Muchas personas piensan que después de este ensayo, no hace falta nada para señalar que se trata de una falsificación medieval. Veamos como las cosas no son tan simples como parecen.

    El carbono, fuente de la vida, se presenta en la naturaleza fundamentalmente en forma de C12 (6 neutrones y 6 protones en su núcleo). En menor proporción existe el C13 (7 neutrones y 6 protones). Tanto uno como otro son estables, es decir sus núcleos permanecerán inalterados indefinidamente, salvo que intervenga una reacción nuclear. Hay también otro isótopo, el C14 (con 8 neutrones y 6 protones en su núcleo) y que como los anteriores forma parte de la materia orgánica pero, a diferencia de aquellos, se encuentra en pequeñísimas cantidades y además es radiactivo o inestable, es decir que con el paso de los años uno de sus neutrones se convierte en un protón. Existen otros isótopos también inestables, C10, C11, C15 y C16, cuya proporción en la materia orgánica es despreciable. El C14, cuando uno de sus neutrones (n) se convierte en un protón (p), se transforma en nitrógeno (N14) y cada vez que esto ocurre se emite un neutrino y una partícula beta (figura 3).

    Su reposición se lleva a cabo por la acción de los rayos cósmicos que alcanzan las capas altas de la atmósfera. Allí arriba, estos rayos, que provienen del Sol y del espacio exterior, chocan con los átomos del aire y generan neutrones y entonces el N14 + n pasa a C14 + p. Así a unos 11 kilómetros de altura se genera nuevo C14 que se “quema” combinándose con el oxígeno produciéndose dióxido de carbono (CO2) que es radiactivo. Este CO2 es indistinguible del normal de la atmósfera inferior. Tanto uno como otro es respirado por los vegetales a través de la fotosíntesis y así el C14 se incorpora, mediante la cadena alimentaría, a los animales herbívoros y de estos a los carnívoros y omnívoros, incluido el hombre. Todo ser vivo que se alimenta del CO2 del aire o de otros organismos, adquiere una determinada cantidad de Cl4 dependiente de la que en ese momento exista en la atmósfera. El CO2, y por tanto el C14, se consume en diversas reacciones bioquímicas y tanto uno como otro, se mantienen constantes por intercambio con su entorno. Esto es cierto mientras existe vida, pero una vez que se produce la muerte, el intercambio se detiene y el número de átomos de C14 comienza a reducirse. Por ejemplo un paño de lino tejido de hace 2000 años estará formado por hilos de plantas que habrán sido recolectadas poco antes de su confección. El C14 presente en la celulosa del lino provendrá del CO2 atmosférico respirado por la planta. Al ser cortada deja de intercambiar carbono y la cantidad de C14 presente en los hilos comienza a disminuir. Si medimos esa cantidad de C14 y la comparamos con la del lino actual podremos deducir los años transcurridos desde que se recolectó la planta o, poco más o menos, la fecha de confección del paño. De lo expuesto, dos datos de gran interés pueden deducirse: a) cualquier suplemento extra de C14 a un objeto que se va a estudiar por el método del radiocarbono, determinará un rejuvenecimiento en la fecha de datación; b) donde exista materia orgánica o inorgánica con carbono, puede existir C14 y c) la cantidad de C14 en la atmósfera y por tanto en un ser vivo, puede estar influenciada por los ciclos del Sol ya que estos intervienen de forma decisiva en la formación del isótopo radiactivo a partir del N14.

    2.1. La datación de 1988. Se eligieron tres laboratorios de reconocido prestigio: el de la Universidad de Oxford, el de la Universidad de Arizona en Tucson y el Instituto Federal de Tecnología de Zurich. El estudio fue coordinado por Michael Tite, director del Museo Británico. Los tres emplearon el método de la espectrofotometría de masas que era el que menos cantidad de tejido requería. El 21 de abril de 1988 se tomó una muestra de lino de 8,1 x 1,6 cm2. Se cortó el fragmento en un borde de la parte inferior derecha de la imagen frontal.

    Tras ser pesado (figura 4a), limpiado y extraer un largo hilo libre y una zona mal recortada, quedó un trocito de 7 x 1 cm2 que fue dividido en dos mitades, una a su vez partida en tres para cada laboratorio y otra que quedó en poder de Riggi que fue quien cortó la tira de tejido. El estudio se hizo a ciegas, para ello se incluyeron otras tres muestras más cuyo origen era desconocido por los laboratorios seleccionados: la número 2, provenía de una tumba de Nubia datada de los siglos XI y XII; la número 3 pertenecía a una momia de Tebas de entre los siglos I aC y I dC; la número 3 procedía de la capa pluvial de San Luis de Anjou muerto en 1297; la número 1 era obviamente el tejido de la Sindone. Los resultados del estudio fueron dados a conocer el 13 de octubre de 1988 por el cardenal Anastasio Ballestrero en conferencia de prensa en Turín, antes de su aparición en Nature.

    Tal como se observa en la figura 5 todas las muestras analizadas coincidían bien con las fechas históricas previstas, sin embargo a la Sábana Santa se le evaluó una edad de 689 ± 16 años, por lo que la fecha de origen se situaría entre 1262 y 1384, aproximadamente la época en la que el lienzo llegó a Francia o lo que es lo mismo, desde el momento en que su existencia está bien documentada Pero aunque los resultados parecen meridianamente claros, la famosa p de la significación estadística entre la datación de los tres laboratorios está casi en el limite para no serlo. Cosa que habitualmente no se dice, porque obviamente no interesa

    2.2. Posibles errores en la datación. La prueba del radiocarbono es una buena técnica pero no infalible, se reconocen hasta un 20% de errores y a lo largo de la historia existe constancia que ha fallado de forma clamorosa. Por otra parte el descubridor del método, Libby, antes de 1988 (para entonces ya había muerto) consideraba que la Sábana Santa no era objeto apto para realizar la prueba ya que una serie de factores podían interferir los resultados de su datación: exposición al aire, había estado en ambientes húmedos, probablemente tendría altos niveles de contaminación al estar sometida a la veneración pública (besada, tocada, humo de los cirios), al polvo, a los hongos, a los pólenes, había sufrido la acción de varios incendios y del agua para evitar su destrucción, etc, etc. En cualquier caso cuando se conocieron los resultados de 1988, los defensores de la autenticidad del lienzo se movilizaron para resaltar que la prueba debería ser considerada inválida. Personalmente pienso que los laboratorios implicados no se pusieron de acuerdo para hacer una datación fraudulenta. Cosa diferente es que se podría haber escogido a otros quizás más preparados, pero los seleccionados ofrecían todas las garantías para realizar la prueba. También es cierto que hubo ciertas irregularidades como la de incluir inesperadamente el análisis de la capa pluvial de San Luís y otras que comentaremos que bien pudieron influir en el resultado final. Sin embargo, no encuentro en una carta de Michael Tite, nada que indique sus dudas sobre la datación, aunque algo raro se deduce de ella “….yo tampoco considero el resultado de la datación del Sudario de Turín como una demostración de que sea falso….” . Lo que sí es posible es que, además de las citadas irregularidades una serie de factores pudieran haber influido para rejuvenecer la edad proporcionada por la prueba. De una forma resumida pasamos a comentarlas y a dar nuestra opinión personal sobre los mismos.

    Contaminación. El peso unitario del tejido de la tela es de 23 mg/cm2 y el del fragmento cortado pesaba 40 mg/cm2. Esta gran discordancia ha hecho pensar que se produjo una sustitución fraudulenta del trozo del lienzo por otro más reciente. No lo creo. Pienso eso sí que se escogió una zona equivocada para extraer la muestra y que esta estaba extraordinariamente contaminada (figura 4b). Muchos dicen ahora que había que haber tomado muestras de al menos cinco áreas distintas pero eso hubiese significado el sacrificar una parte importante de la Sindone. Ya comentamos que toda materia orgánica o inorgánica que contenga carbono y que suplemente a un objeto que se va a datar, modifica la edad radiocarbónica; esta materia añadida constituye la contaminación. La misma puede ser de dos tipos, abiótica (humo, polvo, aire, etc.) y biótica (pólenes, esporas, microorganismos). Dicha contaminación en la Sábana Santa era la prevista y todo apunta a que fue eliminada correctamente por los laboratorios. Estos al parecer desconocían otro tipo de contaminación que no fue eliminada por los procedimientos empleados con ClH y NaOH: una biopelícula. Esta teoría, emitida en 1993, se debe a Leoncio Garza Valdés del Instituto de Microbiología de San Antonio de Texas. Según él la asociación de un hongo (mejor un liquen) y una bacteria (de los géneros Lichenothelia y Rhododoccus, respectivamente) han formado sobre la Sábana Santa, por un proceso de simbiosis, un recubrimiento con elementos mineralizados (figura 6) que es resistente a lavados químicos.

    Esta biopelícula o cubierta bioplástica dice el autor que además es anterior al incendio de 1532, ya que existía entre las fibras chamuscadas y requeriría para su formación estable cientos de años, que como decíamos anteriormente no fue eliminada en la datación de 1988 y, continuando viva en la actualidad, sería una fuente de enriquecimiento actual y futuro de C14. En el recubrimiento predominan minerales como el cuarzo y calcita que han atrapado a materia orgánica diversa como hematíes y a los propios microorganismos muertos o vivos, todo lo cual supone un aporte de carbono moderno a la Sábana Santa. Como microbiólogo disiento en numerosos aspectos con mi colega useño, aquí teneís solo tres ejemplo: a) aunque la obtención de tal biopelícula es posible en condiciones muy controladas de laboratorio, resulta difícil hacer la deducción de que todo el lienzo estuviese recubierto de la misma a partir de un pequeño trozo, además muy contaminado, como parece que fue el utilizado, si desconocemos la cantidad real de biopelícula tampoco podemos saber si la que hay es suficiente para justificar un rejuvenecimiento de 1.300 años; b) todo apunta a que el carbono de tal recubrimiento no ha sido cuantificado por lo que tampoco podemos conocer su influencia sobre dicho rejuvenecimiento; c) me resulta poco creíble que tales microorganismos hayan sido capaces de resistir los más de 900°C que soportó la urna y los 200°C internos en el incendio de Chambery (en un autoclave, magnífico procedimiento de esterilización esta se consigue con 120°C y unos 20 minutos y d) es extraño que, después de los muchos análisis de expertos textiles, tales componentes minerales hayan pasado desapercibidos. Para colmo en las recientes “Primeras Jornada Sobre el Estudio Cientifico de la Sábana Santa celebradas en Granada» los días 19 y 20 de Febrero, un ponente vino a decir que los estudios de Garza Valdes no se habian realizados sobre fibras del lienzo de Turín. Mis sospechas quedaron así plenamente ratificadas. Es una de las muchas muestras sobre que los defensores de la autenticidad nos agarramos “a un clavo ardiendo” que luego hay que soltarlo más que deprisa. Pero, al contrario de lo que se piensa, al menos en mi caso, nunca seguimos aferrados a determinadas teorías. Primero se comentan como posibilidad y cuando se demuestran que no son validas, “no nos duelen prendas” de proclamarlo. Nadie más que nosotros queremos defender la verdad por encima de todo.

    El estudio se hizo sobre una restauración medieval. Ya comentamos que después de cortar el fragmento de tejido, una parte se retiró y no se empleó para el estudio. Riggi escribe que en la misma existían hilos de otra naturaleza que, aunque en cantidad mínima, habían podido conducir a variaciones en la datación, puesto que eran de incorporación tardía, La pregunta es obvia ¿se eliminaron todos los hilos extraños? Riggi dice que sí pero el laboratorio de Tucson encontró en la muestra recibida un hilo de seda roja y fibrillas azules. Si estas le pasaron desapercibidas a Riggi bien pudo no apreciar un remiendo bien hecho. Pero esto es sólo una hipótesis imposible de demostrar. Por otra parte Ray Rogers, encontró en las zonas de extracción argamasa de oxido de aluminio y un pigmento de raíces de algas (alizarina y purpurina) que no fueron conocidos en Francia hasta el siglo XVI, concluyendo que la muestra se tomó de un añadido al original.

    Este investigador (figura 7), ya fallecido, demostró la práctica ausencia de vainillina, un compuesto derivado de la lignina del lino. Su perdida se produce por la acción del tiempo, calor, etc. De tal forma que data la antigüedad de la tela entre 1.300 y 3000 años Estos estudios, a mi juicio, deberían repetirse por varios investigadores para dar consistencia a estos resultados. En cualquier caso la zona elegida para el corte era la peor de las posibles. Situada, como se ha dicho, en a parte anterior de la imagen frontal era de las más contaminadas ya que es el lugar habitual por donde se cogía la Sábana para las ostensiones. Pero es que por otra parte está muy próxima a zonas con tela más reciente y a los cortes usados, como decíamos, quizás para reliquias (figura 8).

    No entiendo semejante falta de precaución o ¿fue otra irregularidad más? Lo que sí me parece totalmente ilógico es que alguien cambiase las muestras originales por otras de tela más reciente.

    Los incendios. En 1993 en el Symposium Internacional de Sindonología celebrado en Roma, Kouznetsov, premio Lenin de Ciencias y director del Laboratorio de Investigación de Polímeros de Sedov de Moscú, junto con Ivanov, presentó la teoría de cómo un incendio pudo repercutir en la datación de la Sábana Santa. Resumidamente señaló que un trozo de lino sometido a altas temperaturas, durante un período de tiempo determinado, en ausencia de oxígeno y en presencia de CO2, CO (monóxido de carbono), plata y agua (condiciones que se dieron en el incendio de Chambery), se produce, debido a los vapores emitidos por la madera calentada de la caja que contenía el lienzo dentro de la urna de plata, una carboxilación de la celulosa del tejido que rejuvenece la edad radiocarbónica mediante incorporación de nuevos grupos COOH a los OH de la molécula original de dicha celulosa (C6H10O5)n (figura 9).

    Según Kouznetsov: tomó un tejido de lino del siglo I dC, procedente de En Gedi (Israel), y lo envió al laboratorio de Tucson (Arizona) que ya participó en los análisis de 1988. La respuesta del mismo fue “tejido de entre 100 aC y el 100 dC”. Luego el profesor ruso quemó otro trozo de la misma procedencia, simulando el incendio de Chambery, seguidamente lo envió para una nueva datación y según Tucson resultó ser del siglo XIV dC. Con ello demostraba la falsedad de los análisis anteriores. Eslava dice que esto es falso ya que puesto en contacto con el citado laboratorio, le dijeron que el tal Kouznetsov no figuraba entre sus clientes y que entre 1988 y 1994 no habían analizado ningún tejido de En Gedi. Y hoy, aunque en su momento discrepé en este asunto con mi paisano (en otros sigo manteniendo mis diferencias) conociendo lo que ahora sé, creo que estaba en la verdad. En cualquier caso Kouznetsov publicó un trabajo sobre el tema en el Journal of Archaeological Science y en el mismo número, algo bastante irregular a mi entender, debió hacerlo en otro posterior, el editor de la revista permitió a los investigadores del laboratorio de Arizona presentar una réplica al trabajo del grupo de Moscú. En él señalan que ellos no encuentran ningún rejuvenecimiento Resultados lógicos ya que los useños no controlaron las cantidades de CO2, la humedad y emplearon tiempos diferentes de calentamiento sin la presencia de cationes de plata. Aún así las conclusiones de los rusos son difíciles de admitir ya que por ejemplo Salet, alega que, en teoría la carboxilación de la celulosa podría afectar como mucho a los tres grupos OH de cada anillo y que en este caso el rejuvenecimiento máximo no alcanzaría más de 537 años y esto además a base de aumentar el peso de la muestra en un 81,6%. Es pues posible que el incendio de Chambery modificara los resultados de la datación de 1988 ¿En cuántos años?, resulta difícil saberlo pero Cesar Barta, físico y miembro del Centro Español de Sindinología (CES), en un meticuloso y documentado estudio que me envió, considera que en torno a 250 años, muy lejos de los 1.300 necesarios para encontrar una justificación a los resultados de la prueba coordinada por Tite. Esto me demuestra tres cosas: a) la honestidad de los miembros del CES que anteponen la verdad a cualquier hipótesis por muy útil que pueda ser para confirmar la autenticidad del Lienzo; b) que el equipo ruso no fue meticuloso en sus estudios y c) cosa que no me gustaría creer, que falsificaran sus resultados.

    Proporción de C14

    – Modificaciones cuantitativas generales.

    Las cantidades globales de C14 atmosférico dependen del campo magnético terrestre que sufre desviaciones y perturbaciones, de ligeros cambios en las corrientes oceánicas, del CO2 liberado por volcanes, incendios, etc. y de la actividad solar. Aunque la concentración global de C14 ha variado en el tiempo no se ha producido un cambio importante en los últimos 20.000 años. Sin embargo, dicha cantidad sufre modificaciones cíclicas que no suponen un cambio cuantitativo general: los aumentos y descensos se irían sucediendo por lo que al final la cantidad total sería más o menos constante. Estos cambios cíclicos están influenciados por la actividad solar que, recuérdese, era básica en la conversión del N14 en C14. Dicha actividad varía cíclicamente cada 11 años, es lo que se conoce como teoría undecenal (figura 10).

    Así la cantidad de C14 oscila aproximadamente entre un 15% inferior (-15%, -3 años desde el punto 0) y un 15% superior (+15%, +3 años desde el punto 0). Supongamos que se tratase de datar un lino cultivado en el punto 0 (cantidad de C14 habitual), para conseguir una cantidad de C14 residual de 0,787, tendrían que haber transcurrido 1.958 años; si hubiese sido cultivado 3 años después (más cantidad de C14) para conseguir la misma cantidad tendrían que haber pasado 3.115 años y si lo hubiese sido 3 años antes (menos cantidad de C14) tendrían que haber transcurrido 613 años. Es decir que en 6 años, según la actividad solar en el año que se cultivara el lino, podría darse una antigüedad entre 613 y 3.115 años. Esta teoría, aplicable sólo a plantas anuales, invalidaría los resultados de 1988 ya que desconocemos la actividad solar el año en que se cultivó el lino con el que se tejió la Sábana Santa.

    – Modificaciones cuantitativas locales y transitorias.

    * Procesos naturales. Es conocido que en determinadas zonas puede haber más cantidades de C14 sin que se alteren las concentraciones globales atmosféricas. Es el caso de la presencia cercana de minerales radiactivos naturales, las aguas de los ríos que a lo largo de su cauce presentan cantidades diferentes de CO2, los detergentes, las emanaciones de gases, la proximidad a los volcanes. Circunstancias de este tipo han provocado flagrantes equivocaciones de la prueba del radiocarbono. De acuerdo con esta hipótesis, como no conocemos la proporción de C14 del entorno donde se cultivó el lino de la Sábana Santa tampoco se podría determinar su edad radiocarbónica .

    ** Una radiación no especificada. Esto es como no decir nada, lo desconocido se puede implicar en cualquier efecto que no admite explicación. Hoy la física actual no admite ningún tipo de radiación electromagnética que introduzca nuevos neutrones en el núcleo de C12. Aún suponiendo que el N14 del aire se convirtiese en C14 no hay razón de que se combine con la celulosa del lino. Tampoco es aceptable la hipótesis de una desmaterialización del cuerpo en el momento de la resurrección, para que se liberen neutrones que se introduzcan en el C14 de la tela (debe volverse a recordar que el C14 de nuestra atmósfera se debe al impacto de rayos cósmicos sobre el N14 y no sobre C12). Aunque se han propuesto varias teorías para la génesis de C14 nada se dice en ellas de la fuente energética ni como canalizarla para que su único efecto sea el deshacer los núcleos atómicos del cuerpo, sin afectar o destruir los objetos de su entorno.

    Es el ejemplo de la teoría de Rinaudo (figura 11) de que una radiación gamma incidiendo sobre un isótopo del hidrógeno, el deuterio con un neutrón y un protón en su núcleo, provocaría un flujo de neutrones que podría producir un rejuvenecimiento en la datación de radiocarbono de hasta 46.000 años. Pero la cantidad de deuterio corporal es pequeñísima (0,015% del hidrógeno corporal) y la gran duda ¿sobre qué átomos del lino actuarían los neutrones?

    Por las experiencias controladas de lo que puede acontecer en el laboratorio y tal como señala Carreira, no hay razón física para que lo descrito por Rinaudo ocurra, ni que se produzca la cantidad de partículas necesarias para dar una fecha medieval, ni que dichas partículas tengan la energía correcta. Es posible que en el futuro se conozca una radiación semejante hoy, a la luz de nuestros conocimientos, el rejuvenecimiento de la Sábana Santa por tal proceso no es admisible, salvo que entremos en el terreno de lo sobrenatural, un milagro para entendernos.

    Así pues en conclusión, y sin que nada haga pensar en un complot anticatólico o en una confabulación de los laboratorios, la datación con radiocarbono efectuada en 1988, tuvo numerosas irregularidades, errores metodológicos y a sus resultados se les pueden dar otras interpretaciones de índole físicas y químicas (algunas, en teoría, posibles). Pero aun suponiendo que consideramos la prueba como totalmente fiable, no basta con decir que hubo fraude, hay que probar como se hizo y esto enlaza con la segunda parte de este blog (continuará)

    José Liébana Ureña.

    Un fraternal saludo.

    #11563
    Anónimo
    Inactivo

    Continuo con las segunda parte. Son cuatro.

    SOBRE LA AUTENTICIDAD DE LA SÁBANA SANTA (Il)

    En el capitulo anterior recogíamos los datos resultantes de la aplicación de la técnica del Carbono 14 a la Sindone y como estos no son tan decisivos como algunos piensan. En este vamos a centrarnos en puntos que prueban, a mi entender, que el lienzo de Turín no se trata de una falsificación.

    2. Pruebas a favor de la autenticidad.

    2.1. El hombre de la Sábana Santa. Dígase lo que se diga, y como iremos viendo, los detalles del hombre de la Sábana Santa son realmente impresionantes, no ya a la luz de la ciencia medieval sino de la actual. La persona que aparece en el lienzo mediría 1,80 metros y pesaría unos 80 kg. Está desnudo, tiene los brazos cruzados y unidos por las manos a nivel del pubis. Su rostro muestra un importante castigo, la nariz está hinchada y pequeños regueros de sangre surcan su frente distribuyéndose también en “manchas” de distinto tamaño por el resto del cuerpo. Amen de una gran herida en el costado derecho. Tiene barba, bigote y el cabello muy largo. Este, es cierto, cae un poco artificial (verticalmente), quizás porque le pusieron un pañolón debajo de la mandíbula y que ataron por encima de la cabeza para evitar que el maxilar inferior se desencajase. Una teoría muy sugerente es que se debiera a un sudario que, ya en la cruz, pusieron en su cabeza y lo mantuvieron anudado para que la sangre (donde está el alma para los judíos) no se perdiese (¿El Sudario de Oviedo?). Hay otros estudios que apuntan a que llevase el pelo recogido y trenzado (figura 12).

    El doctor Hermosilla facilita diversos datos antropométricos recogidos por distintos autores, entre ellos los de Paricio Fontiñan; este señala por ejemplo que el color de la piel sería muy blanca, los ojos grandes y transversos, el cabello negro, la barba muy cerrada, los pies largos y planos de primer grado, etc. En base a estos datos se han realizado diversas aproximaciones de cómo sería el rostro de este hombre. Los más conocidos son los de Brunel que nos lo muestra en la paz de su muerte, el del armenio Aggemian que lo representa vivo o las interpretaciones Ricci apareciendo al poco de fallecer (figura 13).

    Más recientemente Mattei y, sobre todo, nuestro entrañable amigo Miñarro, con las ultimas tecnologías a su alcance, ha realizado estudios muy encomiables y de gran verisimilitud (figura 14).

    Y para finalizar este apartado, el pintor Trigueros nos da su genial visión hiperrealista del hombre y del lienzo (figura 15).

    2.2. Un negativo fotográfico. En 1898, con motivo de la boda del futuro Víctor Manuel III y coincidiendo con una ostensión de la reliquia, Secondo Pía, abogado turinés y aficionado a lo que entonces hacia furor, fue autorizado a fotografiar el lienzo (figura 16).

    Sorprendentemente observó que, salvo la sangre, la imagen era un negativo y en el cliché lo que aparecía, excepto dicha sangre, era un positivo. Cuando reveló su descubrimiento, pocos le creyeron y la mayoría le acusaron de fraude (figura 17).

    Pasaron muchos años hasta que en 1931, un fotógrafo profesional, Giuseppe Enrie, corroborase este hallazgo. Desde entonces nadie duda que la imagen grabada en la Sindone es un negativo fotográfico, otra cosa diferente es que existan varias teorías, sin ninguna base científica, para explicar este fenómeno. Lo realmente cierto es que no hay otra imagen igual en el mundo, esto no ha ocurrido de forma natural. Y claro eso duele.

    Primera sorpresa ¿Quién pudo hacer un negativo óptico perfecto siglos antes de descubrirse la fotografía?¿Con qué objeto, si nadie, incluido el propio autor, podía comprobar el resultado de su obra ¿Porqué no repitió el truco?

    2.3. Palinología. Es la ciencia que se encarga de la identificación de los pólenes, además, estudiándolos sobre un determinado objeto permite conocer los lugares en los que ha estado. Para esto hay que tener en cuenta que el 95% de los pólenes, aún en condiciones extremas de fuerte viento, se desplazan un máximo de 400 metros y el otro 5% pueden llegar hasta los 30 kilómetros. El 21 de diciembre de 1973, Max Frei, un afamado científico suizo y no un funcionario gris como algunos dicen, recibió la autorización para recoger, con cintas adhesivas transparentes, pólenes del lienzo (figura 18).

    Frei se equivocó al considerar como verdaderos unos supuestos diarios de Hitler, con ello algunos han pretendido rebajar su categoría de hombre de ciencia. No es cierto, errar es de humano, pero su currículum es muy importante: fundó y dirigió el laboratorio de la policía criminal suiza de Neufchâtel, la policía alemana le encargó la creación de los laboratorios de Hiltrup, la ONU le encomendó investigar la misteriosa muerte de su secretario general Dag Hammarshölh, contribuyó al fin de las Brigadas Rojas al encontrar unos pólenes en sus armas y determinando los lugares donde estuvieron, etc. Durante 9 años llevó a cabo sus estudios microscópicos llegando a identificar 57 de estos pequeños corpúsculos. Pertenecían a plantas abundantes, y hasta específicas o endémicas, de determinadas zonas geográficas, esto le permitió aventurar cuál había sido el recorrido histórico de la Sindone (figura 19).

    Destacan pólenes muy exclusivos del Neguev, Mar Muerto, región de Urfa (Edesa), alrededores de Constantinopla, Francia e Italia. No es cierto, como dicen algunos, que nadie haya corroborado los estudios de Max Frei. Se trata, como en tanto de lo que se escribe sobre la Sábana Santa, de una autentica falsedad interesada. Pasados unos años de su muerte, acaecida el 15 de enero de 1983, en 1988, toda la colección de sus muestras pasó al ASSIT y Paul C. Maloney, arqueólogo y director de dicha asociación, ha dado a conocer algunas actualizaciones significativas sobre el tema ya que Frei estaba trabajando en la identificación de 19 nuevas especies. Además, sometió los trabajos del suizo al juicio de Aarón Horowitz, un palinólogo israelí, que ha corroborado el aspecto polínico encontrado en la Sindone en lo referente a Israel y el norte de África. En 1997, Avinoan Danin, Catedrático de Botánica de la Universidad Hebrea de Jerusalén, también, trabajando en este caso con muestras que la esposa de Frei guardaba, ha encontrado pólenes de 28 especies que confirman un itinerario a través del Neguev y hasta las altiplanicies del Líbano, sobre todo este investigador detecta dos tipos de pólenes de plantas muy endémicas de la zona, tal como se observa en la figura 20: Gundelia tournefortii y Zygophyllun dumosun. Muchos de estos pólenes hallados pertenecen a plantas de floración primaveral y, según Dahl, probablemente algunos provengan de flores usadas en rituales litúrgicos sobre el lienzo.

    Segunda sorpresa. Todos los datos reseñados pueden hacernos pensar que el hipotético falsificador del siglo XIV esparciría, sin poderlos observar al microscopio, por tanto sin saber lo que eran y de que plantas procedían, pólenes de distintas zonas bíblicas para reafirmar la autenticidad del lino o bien trajo el lienzo a Europa desde Palestina ya “contaminado” de los pólenes que necesitaba para reforzar su tesis de crear una reliquia fraudulenta, con idénticos problemas a los ya señalados. A todas luces difícil e imposible tarea.

    2.4. Tridimensionalidad. Jackson y Jumper, católico y no católico respectivamente, en 1978, formando parte del STURP (siglas en inglés de un grupo de trabajo formado por numerosos científicos multidisciplinares, “Shroud of Turín Research Project”) y utilizando lo que entonces era un sofisticado equipo y el analizador de imágenes VP-8, demostraron que fotografías recientes del hombre de la Sábana Santa mostraban una tridimensionalidad manifiesta (figura 21).

    Estos resultados han sido corroborados por diversos investigadores de prestigio, pero negados por otros. Este segundo grupo se basa en que los investigadores de 1978 y todos los que han confirmado posteriormente sus trabajos habrían cometido un fraude para conseguir tal efecto. Empleemos como siempre el sentido común en los estudios de la Sábana Santa. En un grupo de más de 30 científicos y los que le siguieron ¿se puede comprender que se cometiera tal fraude y nadie hablase del mismo? Unos medios de comunicación como los estadounidenses ¿no hubiesen escarbado en tal asunto hasta encontrar la supuesta mentira? ¿Por qué no lo hicieron? Simplemente porque es verdad ¿Y por qué tanto interés en negar que la tridimensionalidad sea cierta? Pues porque esto significaría que el lienzo envolvió un cuerpo y que el negativo de Turín tiene una luminosidad distinta en sus diversas zonas, la cual depende de la distancia del cuerpo al lienzo en proporción inversa: cuanto menor distancia más luminosidad y viceversa (figura 22).

    Con un cliché normal esto no ocurre y se formaría una imagen irreal porque el grado de luminosidad no tiene nada que ver con la distancia a la lente (figura 23).

    Claro si envolvió a un cadáver y luego este desapareció dejando una huella, pues es como decir que “algo raro sucedió” ¿La resurrección quizás? Y eso, no me lo neguéis, cuesta admitirlo. Es tanto como decir que nuestra religión es autentica y nuestras creencias no son utópicas. Difícil de digerir por algunos….

    Tercera sorpresa. La imagen es tridimensional, aunque algunos se empeñen en lo contrario. Y por tanto bajo el lienzo hubo un cadáver ¿Qué falsificador de los siglos Xlll o XlV podría haber dotado a la Sábana esta característica?

    2.5. Tejido, color y superficialidad. El tejido de la Sábana Santa es de una textura llamada de “espina de pescador” o en “espiga”. Es una sarga a cuatro. Fue confeccionado en un telar con lino hilado a mano. Es de alta calidad lo que prueba que fue adquirido por alguien pudiente (¿José de Arimatea o Nicodemo?). Entre sus fibras hay trazas de algodón y ya que este no se cultivaba en Europa a principios de nuestra era, ha hecho pensar a muchos que tuvo que fabricarse en Oriente. Esto sería cierto si hubiese sido tejido en el siglo I, no si lo fue en la Edad Media ya que en esa época el algodón sí había llegado a nuestro continente.

    Las “manchas” que componen la imagen son de dos tipos y colores distintos: a) las del cuerpo o impronta son de un color amarillento que difiere del de la tela del fondo sólo por su mayor intensidad y b) las de la sangre que, sorprendentemente, aparecen rojizas. La figura se caracteriza por estar grabada muy superficialmente. Un hilo de lino está formado por 100 ó 200 fibras y la imagen sólo afecta en profundidad a las dos o tres primeras. Según los científicos del STURP, la imagen está formada por la decoloración de las fibrillas que constituyen cada hilo de la trama. Dicha decoloración se ha originado por deshidratación: el color amarillento que presenta es análogo al que se produce sobre una tela blanca al dejar sobre ella una plancha caliente. La excepción, como decía, la constituye la sangre que si se acumula en las hendiduras del tejido penetrando hasta su revés. Como parece que impregnó el tejido por contacto directo y cuyas fibras la absorbieron, ha permitido a algunos emitir la hipótesis, de que fue aplicada posteriormente al resto de la impronta. Pero es precisamente lo contrario. Debajo de la sangre no hay nada, solo tela, es decir que el supuesto falsificador, puso primero esta y después la imagen (figuras 24 y 25). Difícil, muy difícil de realizar y además con enorme tino.

    Cuarta sorpresa. Dos tipos de imágenes: una muy superficial, la impronta, y otra que atraviesa el lienzo, la sangre puesta antes de la anterior ¿Cómo pudo hacer esto un supuesto falsificador medieval?

    2.6. Estudios hematológicos. En 1978, Heller y Adler, que formaban parte del STURP, demostraron lo que se sospechaba desde hacía tiempo: las manchas que parecían sangre humana, realmente lo eran. Diversas experiencias han permitido detectar hematíes, metahemoglobina, hematoporfirina, proteínas, albúmina, etc. Además curiosamente conserva una cierta tonalidad rojiza difícil de explicar cuando esta se seca, ya que lo normal sería que apareciese negruzca. Un razonamiento sugerente podría ser el siguiente: en un individuo traumatizado se produce una hemólisis importante, la hemoglobina liberada en grandes cantidades llega al hígado convirtiéndose rápidamente en bilirrubina que descargada en elevadas concentraciones de nuevo a la circulación sanguínea, mezclándose con la metahemoglobina, proporcionando ese color tan vivo. En 1981, Bollone, profesor de Medicina Legal de Turín, usando anticuerpos fluorescentes, llegó a determinar el grupo sanguíneo: AB (poco habitual en la población mundial). Además, estudiando otros antígenos de las membranas de los hematíes observó que pertenecían a los llamados M, N y S (figura 26).

    Esto viene a señalar que se ha encontrado un gran parecido entre los contenidos sanguíneos del hombre de la Sindone con los de los hebreos y yemeníes actuales, comunidades que han mantenido un cierto aislamiento. Pero es que la sangre está puesta anatómicamente donde debe, en función de si es venosa o arterial. Sin embargo la única forma de asegurar completamente esta aseveración es detectar la presión de oxigeno: menor en la primera y mayor en la segunda. Y esto evidentemente no ha podido demostrarse en el hombre de la Sábana Santa, que es un cadáver y solo disponemos de un lienzo. Los defensores de su autenticidad tratan de aplicar otros criterios difíciles de comprobar científicamente como los distintos tiempos de coagulación. Pero sí existe un detalle de gran importancia. Se detecta sangre pre y postmortem. El ejemplo más representativo de esta última es la herida del costado derecho. En ella se observa “agua” que no es tal si no el suero resultante de la sedimentación sanguínea existente en la aurícula derecha y presente en cadáveres recientes (figura 27).Es decir que el hombre de la Sindone estaba muerto cuando se le introdujo la lanza.

    Quinta sorpresa. En el hombre de la Sábana Santa hay un tipo de sangre raro en la población mundial (AB, MNS) que sigue rojiza en la actualidad. Esta es pre y postmortem ¿Cómo lo hizo el supuesto falsificador medieval? ¿Como era posible que tuviese semejantes conocimientos?

    2.7. El Codex Pray. También es muy interesante la información que proporciona este Códice. Se trata de un manuscrito que, datado entre 1150 y 1195, se conserva en la Biblioteca Nacional Húngara de Budapest. Parece ser que en 1150 una misión diplomática húngara marchó a Constantinopla a solicitar la mano de la hija del emperador bizantino, Manuel II Comneno, para el príncipe heredero Bela de Hungría. Alguno de los enviados tuvo que ver la Sindone y la dibujó en la miniatura del Códice (figura 28).

    Dos imágenes son particularmente importantes. Una representa la unción de Cristo descendido de la cruz, está desnudo, con las muñecas cruzadas y las manos, que cubren el bajo vientre, tienen cuatro dedos (vease después). En la otra se observa la llegada de unas mujeres al sepulcro y un ángel que les muestra el sudario vacío, señalándole una zona del lienzo, con las características conocidas de la tela, que parece como si hubiese sufrido algún tipo de deterioro, quizás fue debido un incendio anterior al siglo XII. Esto atestiguaría que la Sábana Santa ya existía en esa época y que por esas fechas tuvo que sufrir alguna restauración.

    Sexta sorpresa. Hay en Hungría un Códice, datado antes del tiempo que proporciona la prueba del C14, que muestra un enorme parecido con lo que se observa en la Sábana Santa. Esto prueba, sin ningún género de dudas, su existencia anterior.

    2.8. La Pasión de Cristo. La Sábana Santa es un autentico tratado médico con visión del siglo XXI y ni mucho menos con la de la Edad Media. En ella aparecen reflejados hechos fisiopatologicos que no podían ser conocidos en esa época. No voy a entrar en detalles de estos aspectos que han sido descritos en esta página de forma magistral. Solo lo haré en lo que aparece reflejado en el lienzo. Veamos:

    La hematohidrosis o sudor de sangre. El profesor Tamburelli ha encontrado huellas de la misma en el hombre de la Sindone y no somos nadie para rebatirle. Pero pensamos que es muy difícil distinguir esta de otras lesiones posteriores que la enmascararían. En cualquier caso esta se produjo y en las figura 29 y 30 se recogen, respectivamente, su mecanismo fisiopatologíco y posibles consecuencias en el hombre de la Sábana Santa, aunque como digo el rostro ensangrentado es más lógico que tenga otros orígenes que después comentaremos.

    Primeros golpes. Bien en el trayecto del Monte de los Olivos al palacio de Anas, Caifás, Pilatos, Herodes o posteriormente, el hombre del lienzo de Turín recibe golpes y diversas vejaciones. Eso está perfectamente reflejado en la Sábana Santa (figura 31).

    La flagelación. Sus señales son evidentes, aparecen sobre todo en la espalda y piernas y menos en tórax y abdomen para evitar lesiones que podrían haber afectado a órganos vitales (corazón, pulmón e hígado) y conducir a la muerte del condenado. Es una flagelación sistemática romana y por tanto con más de 60 golpes (Monseñor Ricci, cuenta 120) (figura 32).

    La coronación de espinas. Más de 40 heridas punzantes recorren el cuero el cuero cabelludo. La corona como sabéis tenía forma de casquete y sus efectos se ven tanto en el hombre de la Sábana tanto en la nuca como en la frente (figura 33).

    Camino del Calvario. Jesús porta solo el patibulum y las señales han quedado marcadas a nivel de los omoplatos. Pero el peso del mismo y los sufrimientos anteriores, le hacen caer varias veces, aplastándose el rostro y las rodillas impactan contra el suelo clavándose multitud de guijarros. Todo esto se observa en la imagen de la Sindone (figuras 34).

    La crucifixión. Primero hay destacar las huellas de los clavos. Particularmente son visibles los que entraron por la articulación radiocubital inferior. En los pies, el derecho, por debajo del izquierdo y clavado directamente, muestra mucha más sangre (solo se usó un solo clavo). Como además Jesús se asfixiaba, apoyándose en el patibulum, realizaba movimientos para expirar e inspirar, esto se traduce en tres hechos significativos: a) que la sangre, debido a su posición en la cruz, chorreaba por los brazos, b) que la espalda rozaba con el madero dejando en ella su rastro y c) que a cada movimiento los clavos de las muñecas rozaban el nervio mediano, sensitivo y motor, lo que produce la abducción del pulgar (manos de cuatro dedos, recuérdese el Codex Pray) (figuras 35 y 36)

    La lanzada. Jesús murió relativamente pronto y no hubo necesidad de practicarle el crurifragium (fractura de la tibia y peroné), práctica habitual para acortar la agonía y producir una muerte rápida. La lanzada fue pues la certificación legal de la misma (figura 37).

    Jesús ya estaba muerto, lo contrario hubiese supuesto que la herida se habría abierto y se desgarrara la carne. Y esto no se observa en el hombre de la Sábana Santa. Ya en la figura 27 se vio la huella que dejo la lanzada, como manó sangre y “agua”, y su trayectoria por el costado derecho que no era casualidad. Los romanos, profesionales de la guerra, practicaban esta herida mortal teniendo en cuenta que el enemigo se solía cubrir el lado del corazón (el izquierdo) instintivamente con el escudo.

    Traslado al sepulcro. Por la postura del cadáver durante el mismo, la sangre que fluye de tantas y tantas heridas se desplaza por inercia a la zona de la cintura (figura 38).

    Pero es que además en el talón del pie izquierdo se reconoce la huella de la mano de quien trasladó a Jesús al sepulcro (figura 39).

    Rigidez cadaverica. Dejemos que esta vez “hablen” las imágenes y no las palabras, véase pues la figura 40. Parece claro: Jésus estaba muerto. El que luego se apareciese vivo, ya es otra historia.

    Séptima sorpresa. Detalles y más detalles médicos, a todas luces, imposibles de ser conocidos por un supuesto falsificador medieval. Algunos conocimientos sobre ellos nos han llegado en los últimos tiempos e incluso a día de hoy no les encontramos explicación científica. Además en la Sábana Santa aparecen aspectos que, por mucho que se quiera, por mucho que se diga, no pudieron ser plasmados por mano humana.

    Vosotros, mis amigos de esta Comunidad, tenéis la última palabra: ¿creéis que el hombre de la Sábana Santa fue Jesús, como se me escapa en este relato algunas veces? Espero no haberos cansado en exceso y si no es así, os espero en la tercera y cuarta entrega dedicadas, respectivamente, a como pudo surgir la imagen y a la historia, la leyenda y la tradición que existe alrededor de la Sindone.

    José Liébana Ureña

    Mi agradecimiento personal a los miembros de esta Comunidad que generosamente me ha cedido fotografías para componer este blog y cuyos nombres aparecen al pié de las mismas. El resto son de mi archivo, el CES y de diversos textos que serán mencionados al finalizar todos los capitulos sobre la Sábana Santa.

    Un fraternal saludo.

    #17616
    Anónimo
    Inactivo

    Continuo con las segunda parte. Son cuatro.

    SOBRE LA AUTENTICIDAD DE LA SÁBANA SANTA (Il)

    En el capitulo anterior recogíamos los datos resultantes de la aplicación de la técnica del Carbono 14 a la Sindone y como estos no son tan decisivos como algunos piensan. En este vamos a centrarnos en puntos que prueban, a mi entender, que el lienzo de Turín no se trata de una falsificación.

    2. Pruebas a favor de la autenticidad.

    2.1. El hombre de la Sábana Santa. Dígase lo que se diga, y como iremos viendo, los detalles del hombre de la Sábana Santa son realmente impresionantes, no ya a la luz de la ciencia medieval sino de la actual. La persona que aparece en el lienzo mediría 1,80 metros y pesaría unos 80 kg. Está desnudo, tiene los brazos cruzados y unidos por las manos a nivel del pubis. Su rostro muestra un importante castigo, la nariz está hinchada y pequeños regueros de sangre surcan su frente distribuyéndose también en “manchas” de distinto tamaño por el resto del cuerpo. Amen de una gran herida en el costado derecho. Tiene barba, bigote y el cabello muy largo. Este, es cierto, cae un poco artificial (verticalmente), quizás porque le pusieron un pañolón debajo de la mandíbula y que ataron por encima de la cabeza para evitar que el maxilar inferior se desencajase. Una teoría muy sugerente es que se debiera a un sudario que, ya en la cruz, pusieron en su cabeza y lo mantuvieron anudado para que la sangre (donde está el alma para los judíos) no se perdiese (¿El Sudario de Oviedo?). Hay otros estudios que apuntan a que llevase el pelo recogido y trenzado (figura 12).

    El doctor Hermosilla facilita diversos datos antropométricos recogidos por distintos autores, entre ellos los de Paricio Fontiñan; este señala por ejemplo que el color de la piel sería muy blanca, los ojos grandes y transversos, el cabello negro, la barba muy cerrada, los pies largos y planos de primer grado, etc. En base a estos datos se han realizado diversas aproximaciones de cómo sería el rostro de este hombre. Los más conocidos son los de Brunel que nos lo muestra en la paz de su muerte, el del armenio Aggemian que lo representa vivo o las interpretaciones Ricci apareciendo al poco de fallecer (figura 13).

    Más recientemente Mattei y, sobre todo, nuestro entrañable amigo Miñarro, con las ultimas tecnologías a su alcance, ha realizado estudios muy encomiables y de gran verisimilitud (figura 14).

    Y para finalizar este apartado, el pintor Trigueros nos da su genial visión hiperrealista del hombre y del lienzo (figura 15).

    2.2. Un negativo fotográfico. En 1898, con motivo de la boda del futuro Víctor Manuel III y coincidiendo con una ostensión de la reliquia, Secondo Pía, abogado turinés y aficionado a lo que entonces hacia furor, fue autorizado a fotografiar el lienzo (figura 16).

    Sorprendentemente observó que, salvo la sangre, la imagen era un negativo y en el cliché lo que aparecía, excepto dicha sangre, era un positivo. Cuando reveló su descubrimiento, pocos le creyeron y la mayoría le acusaron de fraude (figura 17).

    Pasaron muchos años hasta que en 1931, un fotógrafo profesional, Giuseppe Enrie, corroborase este hallazgo. Desde entonces nadie duda que la imagen grabada en la Sindone es un negativo fotográfico, otra cosa diferente es que existan varias teorías, sin ninguna base científica, para explicar este fenómeno. Lo realmente cierto es que no hay otra imagen igual en el mundo, esto no ha ocurrido de forma natural. Y claro eso duele.

    Primera sorpresa ¿Quién pudo hacer un negativo óptico perfecto siglos antes de descubrirse la fotografía?¿Con qué objeto, si nadie, incluido el propio autor, podía comprobar el resultado de su obra ¿Porqué no repitió el truco?

    2.3. Palinología. Es la ciencia que se encarga de la identificación de los pólenes, además, estudiándolos sobre un determinado objeto permite conocer los lugares en los que ha estado. Para esto hay que tener en cuenta que el 95% de los pólenes, aún en condiciones extremas de fuerte viento, se desplazan un máximo de 400 metros y el otro 5% pueden llegar hasta los 30 kilómetros. El 21 de diciembre de 1973, Max Frei, un afamado científico suizo y no un funcionario gris como algunos dicen, recibió la autorización para recoger, con cintas adhesivas transparentes, pólenes del lienzo (figura 18).

    Frei se equivocó al considerar como verdaderos unos supuestos diarios de Hitler, con ello algunos han pretendido rebajar su categoría de hombre de ciencia. No es cierto, errar es de humano, pero su currículum es muy importante: fundó y dirigió el laboratorio de la policía criminal suiza de Neufchâtel, la policía alemana le encargó la creación de los laboratorios de Hiltrup, la ONU le encomendó investigar la misteriosa muerte de su secretario general Dag Hammarshölh, contribuyó al fin de las Brigadas Rojas al encontrar unos pólenes en sus armas y determinando los lugares donde estuvieron, etc. Durante 9 años llevó a cabo sus estudios microscópicos llegando a identificar 57 de estos pequeños corpúsculos. Pertenecían a plantas abundantes, y hasta específicas o endémicas, de determinadas zonas geográficas, esto le permitió aventurar cuál había sido el recorrido histórico de la Sindone (figura 19).

    Destacan pólenes muy exclusivos del Neguev, Mar Muerto, región de Urfa (Edesa), alrededores de Constantinopla, Francia e Italia. No es cierto, como dicen algunos, que nadie haya corroborado los estudios de Max Frei. Se trata, como en tanto de lo que se escribe sobre la Sábana Santa, de una autentica falsedad interesada. Pasados unos años de su muerte, acaecida el 15 de enero de 1983, en 1988, toda la colección de sus muestras pasó al ASSIT y Paul C. Maloney, arqueólogo y director de dicha asociación, ha dado a conocer algunas actualizaciones significativas sobre el tema ya que Frei estaba trabajando en la identificación de 19 nuevas especies. Además, sometió los trabajos del suizo al juicio de Aarón Horowitz, un palinólogo israelí, que ha corroborado el aspecto polínico encontrado en la Sindone en lo referente a Israel y el norte de África. En 1997, Avinoan Danin, Catedrático de Botánica de la Universidad Hebrea de Jerusalén, también, trabajando en este caso con muestras que la esposa de Frei guardaba, ha encontrado pólenes de 28 especies que confirman un itinerario a través del Neguev y hasta las altiplanicies del Líbano, sobre todo este investigador detecta dos tipos de pólenes de plantas muy endémicas de la zona, tal como se observa en la figura 20: Gundelia tournefortii y Zygophyllun dumosun. Muchos de estos pólenes hallados pertenecen a plantas de floración primaveral y, según Dahl, probablemente algunos provengan de flores usadas en rituales litúrgicos sobre el lienzo.

    Segunda sorpresa. Todos los datos reseñados pueden hacernos pensar que el hipotético falsificador del siglo XIV esparciría, sin poderlos observar al microscopio, por tanto sin saber lo que eran y de que plantas procedían, pólenes de distintas zonas bíblicas para reafirmar la autenticidad del lino o bien trajo el lienzo a Europa desde Palestina ya “contaminado” de los pólenes que necesitaba para reforzar su tesis de crear una reliquia fraudulenta, con idénticos problemas a los ya señalados. A todas luces difícil e imposible tarea.

    2.4. Tridimensionalidad. Jackson y Jumper, católico y no católico respectivamente, en 1978, formando parte del STURP (siglas en inglés de un grupo de trabajo formado por numerosos científicos multidisciplinares, “Shroud of Turín Research Project”) y utilizando lo que entonces era un sofisticado equipo y el analizador de imágenes VP-8, demostraron que fotografías recientes del hombre de la Sábana Santa mostraban una tridimensionalidad manifiesta (figura 21).

    Estos resultados han sido corroborados por diversos investigadores de prestigio, pero negados por otros. Este segundo grupo se basa en que los investigadores de 1978 y todos los que han confirmado posteriormente sus trabajos habrían cometido un fraude para conseguir tal efecto. Empleemos como siempre el sentido común en los estudios de la Sábana Santa. En un grupo de más de 30 científicos y los que le siguieron ¿se puede comprender que se cometiera tal fraude y nadie hablase del mismo? Unos medios de comunicación como los estadounidenses ¿no hubiesen escarbado en tal asunto hasta encontrar la supuesta mentira? ¿Por qué no lo hicieron? Simplemente porque es verdad ¿Y por qué tanto interés en negar que la tridimensionalidad sea cierta? Pues porque esto significaría que el lienzo envolvió un cuerpo y que el negativo de Turín tiene una luminosidad distinta en sus diversas zonas, la cual depende de la distancia del cuerpo al lienzo en proporción inversa: cuanto menor distancia más luminosidad y viceversa (figura 22).

    Con un cliché normal esto no ocurre y se formaría una imagen irreal porque el grado de luminosidad no tiene nada que ver con la distancia a la lente (figura 23).

    Claro si envolvió a un cadáver y luego este desapareció dejando una huella, pues es como decir que “algo raro sucedió” ¿La resurrección quizás? Y eso, no me lo neguéis, cuesta admitirlo. Es tanto como decir que nuestra religión es autentica y nuestras creencias no son utópicas. Difícil de digerir por algunos….

    Tercera sorpresa. La imagen es tridimensional, aunque algunos se empeñen en lo contrario. Y por tanto bajo el lienzo hubo un cadáver ¿Qué falsificador de los siglos Xlll o XlV podría haber dotado a la Sábana esta característica?

    2.5. Tejido, color y superficialidad. El tejido de la Sábana Santa es de una textura llamada de “espina de pescador” o en “espiga”. Es una sarga a cuatro. Fue confeccionado en un telar con lino hilado a mano. Es de alta calidad lo que prueba que fue adquirido por alguien pudiente (¿José de Arimatea o Nicodemo?). Entre sus fibras hay trazas de algodón y ya que este no se cultivaba en Europa a principios de nuestra era, ha hecho pensar a muchos que tuvo que fabricarse en Oriente. Esto sería cierto si hubiese sido tejido en el siglo I, no si lo fue en la Edad Media ya que en esa época el algodón sí había llegado a nuestro continente.

    Las “manchas” que componen la imagen son de dos tipos y colores distintos: a) las del cuerpo o impronta son de un color amarillento que difiere del de la tela del fondo sólo por su mayor intensidad y b) las de la sangre que, sorprendentemente, aparecen rojizas. La figura se caracteriza por estar grabada muy superficialmente. Un hilo de lino está formado por 100 ó 200 fibras y la imagen sólo afecta en profundidad a las dos o tres primeras. Según los científicos del STURP, la imagen está formada por la decoloración de las fibrillas que constituyen cada hilo de la trama. Dicha decoloración se ha originado por deshidratación: el color amarillento que presenta es análogo al que se produce sobre una tela blanca al dejar sobre ella una plancha caliente. La excepción, como decía, la constituye la sangre que si se acumula en las hendiduras del tejido penetrando hasta su revés. Como parece que impregnó el tejido por contacto directo y cuyas fibras la absorbieron, ha permitido a algunos emitir la hipótesis, de que fue aplicada posteriormente al resto de la impronta. Pero es precisamente lo contrario. Debajo de la sangre no hay nada, solo tela, es decir que el supuesto falsificador, puso primero esta y después la imagen (figuras 24 y 25). Difícil, muy difícil de realizar y además con enorme tino.

    Cuarta sorpresa. Dos tipos de imágenes: una muy superficial, la impronta, y otra que atraviesa el lienzo, la sangre puesta antes de la anterior ¿Cómo pudo hacer esto un supuesto falsificador medieval?

    2.6. Estudios hematológicos. En 1978, Heller y Adler, que formaban parte del STURP, demostraron lo que se sospechaba desde hacía tiempo: las manchas que parecían sangre humana, realmente lo eran. Diversas experiencias han permitido detectar hematíes, metahemoglobina, hematoporfirina, proteínas, albúmina, etc. Además curiosamente conserva una cierta tonalidad rojiza difícil de explicar cuando esta se seca, ya que lo normal sería que apareciese negruzca. Un razonamiento sugerente podría ser el siguiente: en un individuo traumatizado se produce una hemólisis importante, la hemoglobina liberada en grandes cantidades llega al hígado convirtiéndose rápidamente en bilirrubina que descargada en elevadas concentraciones de nuevo a la circulación sanguínea, mezclándose con la metahemoglobina, proporcionando ese color tan vivo. En 1981, Bollone, profesor de Medicina Legal de Turín, usando anticuerpos fluorescentes, llegó a determinar el grupo sanguíneo: AB (poco habitual en la población mundial). Además, estudiando otros antígenos de las membranas de los hematíes observó que pertenecían a los llamados M, N y S (figura 26).

    Esto viene a señalar que se ha encontrado un gran parecido entre los contenidos sanguíneos del hombre de la Sindone con los de los hebreos y yemeníes actuales, comunidades que han mantenido un cierto aislamiento. Pero es que la sangre está puesta anatómicamente donde debe, en función de si es venosa o arterial. Sin embargo la única forma de asegurar completamente esta aseveración es detectar la presión de oxigeno: menor en la primera y mayor en la segunda. Y esto evidentemente no ha podido demostrarse en el hombre de la Sábana Santa, que es un cadáver y solo disponemos de un lienzo. Los defensores de su autenticidad tratan de aplicar otros criterios difíciles de comprobar científicamente como los distintos tiempos de coagulación. Pero sí existe un detalle de gran importancia. Se detecta sangre pre y postmortem. El ejemplo más representativo de esta última es la herida del costado derecho. En ella se observa “agua” que no es tal si no el suero resultante de la sedimentación sanguínea existente en la aurícula derecha y presente en cadáveres recientes (figura 27).Es decir que el hombre de la Sindone estaba muerto cuando se le introdujo la lanza.

    Quinta sorpresa. En el hombre de la Sábana Santa hay un tipo de sangre raro en la población mundial (AB, MNS) que sigue rojiza en la actualidad. Esta es pre y postmortem ¿Cómo lo hizo el supuesto falsificador medieval? ¿Como era posible que tuviese semejantes conocimientos?

    2.7. El Codex Pray. También es muy interesante la información que proporciona este Códice. Se trata de un manuscrito que, datado entre 1150 y 1195, se conserva en la Biblioteca Nacional Húngara de Budapest. Parece ser que en 1150 una misión diplomática húngara marchó a Constantinopla a solicitar la mano de la hija del emperador bizantino, Manuel II Comneno, para el príncipe heredero Bela de Hungría. Alguno de los enviados tuvo que ver la Sindone y la dibujó en la miniatura del Códice (figura 28).

    Dos imágenes son particularmente importantes. Una representa la unción de Cristo descendido de la cruz, está desnudo, con las muñecas cruzadas y las manos, que cubren el bajo vientre, tienen cuatro dedos (vease después). En la otra se observa la llegada de unas mujeres al sepulcro y un ángel que les muestra el sudario vacío, señalándole una zona del lienzo, con las características conocidas de la tela, que parece como si hubiese sufrido algún tipo de deterioro, quizás fue debido un incendio anterior al siglo XII. Esto atestiguaría que la Sábana Santa ya existía en esa época y que por esas fechas tuvo que sufrir alguna restauración.

    Sexta sorpresa. Hay en Hungría un Códice, datado antes del tiempo que proporciona la prueba del C14, que muestra un enorme parecido con lo que se observa en la Sábana Santa. Esto prueba, sin ningún género de dudas, su existencia anterior.

    2.8. La Pasión de Cristo. La Sábana Santa es un autentico tratado médico con visión del siglo XXI y ni mucho menos con la de la Edad Media. En ella aparecen reflejados hechos fisiopatologicos que no podían ser conocidos en esa época. No voy a entrar en detalles de estos aspectos que han sido descritos en esta página de forma magistral. Solo lo haré en lo que aparece reflejado en el lienzo. Veamos:

    La hematohidrosis o sudor de sangre. El profesor Tamburelli ha encontrado huellas de la misma en el hombre de la Sindone y no somos nadie para rebatirle. Pero pensamos que es muy difícil distinguir esta de otras lesiones posteriores que la enmascararían. En cualquier caso esta se produjo y en las figura 29 y 30 se recogen, respectivamente, su mecanismo fisiopatologíco y posibles consecuencias en el hombre de la Sábana Santa, aunque como digo el rostro ensangrentado es más lógico que tenga otros orígenes que después comentaremos.

    Primeros golpes. Bien en el trayecto del Monte de los Olivos al palacio de Anas, Caifás, Pilatos, Herodes o posteriormente, el hombre del lienzo de Turín recibe golpes y diversas vejaciones. Eso está perfectamente reflejado en la Sábana Santa (figura 31).

    La flagelación. Sus señales son evidentes, aparecen sobre todo en la espalda y piernas y menos en tórax y abdomen para evitar lesiones que podrían haber afectado a órganos vitales (corazón, pulmón e hígado) y conducir a la muerte del condenado. Es una flagelación sistemática romana y por tanto con más de 60 golpes (Monseñor Ricci, cuenta 120) (figura 32).

    La coronación de espinas. Más de 40 heridas punzantes recorren el cuero el cuero cabelludo. La corona como sabéis tenía forma de casquete y sus efectos se ven tanto en el hombre de la Sábana tanto en la nuca como en la frente (figura 33).

    Camino del Calvario. Jesús porta solo el patibulum y las señales han quedado marcadas a nivel de los omoplatos. Pero el peso del mismo y los sufrimientos anteriores, le hacen caer varias veces, aplastándose el rostro y las rodillas impactan contra el suelo clavándose multitud de guijarros. Todo esto se observa en la imagen de la Sindone (figuras 34).

    La crucifixión. Primero hay destacar las huellas de los clavos. Particularmente son visibles los que entraron por la articulación radiocubital inferior. En los pies, el derecho, por debajo del izquierdo y clavado directamente, muestra mucha más sangre (solo se usó un solo clavo). Como además Jesús se asfixiaba, apoyándose en el patibulum, realizaba movimientos para expirar e inspirar, esto se traduce en tres hechos significativos: a) que la sangre, debido a su posición en la cruz, chorreaba por los brazos, b) que la espalda rozaba con el madero dejando en ella su rastro y c) que a cada movimiento los clavos de las muñecas rozaban el nervio mediano, sensitivo y motor, lo que produce la abducción del pulgar (manos de cuatro dedos, recuérdese el Codex Pray) (figuras 35 y 36)

    La lanzada. Jesús murió relativamente pronto y no hubo necesidad de practicarle el crurifragium (fractura de la tibia y peroné), práctica habitual para acortar la agonía y producir una muerte rápida. La lanzada fue pues la certificación legal de la misma (figura 37).

    Jesús ya estaba muerto, lo contrario hubiese supuesto que la herida se habría abierto y se desgarrara la carne. Y esto no se observa en el hombre de la Sábana Santa. Ya en la figura 27 se vio la huella que dejo la lanzada, como manó sangre y “agua”, y su trayectoria por el costado derecho que no era casualidad. Los romanos, profesionales de la guerra, practicaban esta herida mortal teniendo en cuenta que el enemigo se solía cubrir el lado del corazón (el izquierdo) instintivamente con el escudo.

    Traslado al sepulcro. Por la postura del cadáver durante el mismo, la sangre que fluye de tantas y tantas heridas se desplaza por inercia a la zona de la cintura (figura 38).

    Pero es que además en el talón del pie izquierdo se reconoce la huella de la mano de quien trasladó a Jesús al sepulcro (figura 39).

    Rigidez cadaverica. Dejemos que esta vez “hablen” las imágenes y no las palabras, véase pues la figura 40. Parece claro: Jésus estaba muerto. El que luego se apareciese vivo, ya es otra historia.

    Séptima sorpresa. Detalles y más detalles médicos, a todas luces, imposibles de ser conocidos por un supuesto falsificador medieval. Algunos conocimientos sobre ellos nos han llegado en los últimos tiempos e incluso a día de hoy no les encontramos explicación científica. Además en la Sábana Santa aparecen aspectos que, por mucho que se quiera, por mucho que se diga, no pudieron ser plasmados por mano humana.

    Vosotros, mis amigos de esta Comunidad, tenéis la última palabra: ¿creéis que el hombre de la Sábana Santa fue Jesús, como se me escapa en este relato algunas veces? Espero no haberos cansado en exceso y si no es así, os espero en la tercera y cuarta entrega dedicadas, respectivamente, a como pudo surgir la imagen y a la historia, la leyenda y la tradición que existe alrededor de la Sindone.

    José Liébana Ureña

    Mi agradecimiento personal a los miembros de esta Comunidad que generosamente me ha cedido fotografías para componer este blog y cuyos nombres aparecen al pié de las mismas. El resto son de mi archivo, el CES y de diversos textos que serán mencionados al finalizar todos los capitulos sobre la Sábana Santa.

    Un fraternal saludo.

    #11564
    Anónimo
    Inactivo
    #17617
    Anónimo
    Inactivo
    #11565
    Anónimo
    Inactivo

    Hola a todos: Entre los documentales y éstos estudios realizados a la sábana santa, vamos a completar perfectamente este hilo……Gracias Miguel.

    #17618
    Anónimo
    Inactivo

    Hola a todos: Entre los documentales y éstos estudios realizados a la sábana santa, vamos a completar perfectamente este hilo……Gracias Miguel.

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