Hacía muchos años que no acudía al Via Crucis de la juventud. Este año, por fin me he animado a asistir y la verdad es que no me arrepiento.
Para quienes no hayan asistido nunca al mismo, os diré que es de lo mas sencillo, sin bandas de tambores, pero con la suficiente fuerza para poder orar interiormente al Padre y a su Bendita Madre. Se vive el recogimiento, es una procesión muy similar a la de cualquier otro pequeño pueblo de cualquier comunidad, en la cual, todo el que lo desea, puede portar cualquiera de los dos pasos que procesiona, bien el del Nazareno Antiguo, o bien el de la Virgen de los Dolores. Una tras otra, se van leyendo las estaciones del Via Crucis, y en cada una de ellas, el sacerdote hace unas muy acertadas reflexiones a los jovenes, indicandoles los pasos a seguir de Nuestro Señor.
Cada Viernes Santo, a las nueve de la mañana, parte desde la fuente de Murrieta, popularmente conocida como fuente de Trevi, en dirección a la ermita del Cristo del Humilladero. Podría decirse que es el colofón de las visitas que a la misma se realiza cada viernes de Cuaresma.
Al llegar a la ermita, ambos pasos se ponen juntos como si fuera el Encuentro y al son de las cornetas y tambores, el único momento del Via Crucis en que se les oirá sonar, son mecidos por el pueblo de Logroño.
Destacar que aunque tímidamente, cada año son mas los jovenes que se animan a acompañar al Señor en este peculiar camino hacia el Calvario junto a su Madre de los Dolores.
Un fraternal saludo.